A un cortés "¿qué tal?" en el ascensor de la oficina, poca gente respondería que muy deprimida porque está punto de divorciarse, pese a que sea verdad. Pura socialización. Mark Twain lo tenía claro: "Nadie podría vivir con alguien que dijera continuamente la verdad".
Mentimos porque están los otros. Las relaciones requieren este tipo de ficciones convenidas, casi siempre balsámicas. El psiquiatra Carlos Castilla del Pino sostiene que "la vida social exige mejorar a nuestra manera la imagen de nosotros mismos de cara a los demás".
Hay mentiras, sin embargo, que crecen demasiado y alcanzan el otro extremo de la falsedad, la impostura. Para eso hace falta cálculo, voluntad de engaño, un montón de energía, ingenio, memoria y probablemente mucho tiempo. Es así como se logra ocultar la propia identidad para cimentar una nueva sobre una mentira.
El caso de Enric Marco es ejemplar. El hombre se pasó casi 30 años diciendo que había estado en el campo de concentración nazi de Flossenbürg. Recibió la Cruz de Sant Jordi, una de las más altas distinciones que concede la Generalitat catalana. Dio cientos de conferencias. Se inventó un número de deportado, el 6.448. Presidió la asociación Amical de Mauthausen. Cuando un historiador que llevaba tres años rastreando las vidas de españoles víctimas del Holocausto descubrió, demostró y denunció la impostura, Marco dijo que no lo hizo "por maldad". "Parecía que me prestaban más atención y podía difundir mejor el sufrimiento de quienes pasaron por los campos de concentración".
A veces sólo se miente para ocupar el centro de atención. El problema surge cuando la impostura es radical o vital; cuando ocupa el centro de la personalidad del sujeto. Detrás de un impostor siempre hay una "insatisfacción personal" .
Una mentira exige otras muchas más. Una gran mentira exige compromiso. Calcularla, elaborarla, elucubrar posibles escenarios peligrosos y respuestas a preguntas incómodas, capacidad de improvisación.
Cuanta más gente esté implicada en la mentira, mayor riesgo asume el impostor. A algunos les da exactamente lo mismo. La realidad se convierte en un mero estorbo que puede ser modificado. El fabulador, directamente la ignora. Si se le confronta con los datos, improvisa otra versión. Sin embargo, la mayoría hace un cálculo que termina siendo imposible de controlar: la bola tiene vida propia y es difícil de parar.
En las grandes mentiras siempre existe la duda de si, a fuerza de repetírselas y contarlas, el impostor acaba por creérselas. La mayoría de ellos no padece ninguna enfermedad mental. Mentir casi siempre es una elección.
La mentira es una cuestión de dosis: un poco de autoengaño y algo de cortesía para poder salir a la calle.
*(Extracto de un artículo publicado por Silvia Blanco en el periódico "El País").
Afortunadamente a mí mi madre me enseñó que siemre hay que ir con la verdad por delante y hasta la fecha no me ha ido mal. Si he dicho alguna de esas que se llaman "mentiras piadosas", siempre he busado la oportunidad y mo mento para deshacerla y contar la verdad del caso.En fin, es cierto que cuesta quitarse esas máscaras sociale con las que salimos a la calle siendo adultos, pero yo animo a ello, a reirnos de nuestra superflua mascarada, creo que nos iría mejor sin avergonzarnos de nuestra también ridícula, ingenua e inocentona y crédula manera de ser. ¿Por qué avergonzarnos de ella y no amarla también?.Decir: hola amigo-a, he sido un mentiroso contigo, ¿me perdonas?. Anónimo Alberto.
ResponderEliminarLeyendo este articulo me ha hecho pensar en lo que te conté en clase.
ResponderEliminarTodo el mundo ha mentido alguna vez en su vida, yo lo he hecho muchas veces, pero creo que el cargo de conciencia puede conmigo, y además la verdad siempre se sabe tarde o temprano.
Hay mentiras, llamadas piadosas, que no se hacen con maldad, sino por el mero hecho de no hacer daño al otro, o por no preocupar a los demás.
Pero hay mentiras que son demasiado grandes e innecesarias. Pienso siempre una cosa, cuando quieres que alguien no se entere de algo siempre intentas esconder esa verdad, pero en realidad que es lo que más fastidia, ¿lo que escondes porque piensas que se va a enfadar la persona a la que mientes o la propia mentira? Creo que es la mentira.
Y no, no es una enfermedad mental, porque saben muy bien lo que hacen y como manipular las cosas para que los demás se crean sus mentiras,y pienso lo mismo que se dice en este articulo, que hasta ellos mismos, los mentirosos, se creen su propia mentira, y hay veces que no saben que es en verdad LA VERDAD.
Y aunque a veces a esas personas que mienten les dices que no te crees lo que te dicen, que es mentira, buscan cualquier solución e improvisan para que no salga a la luz su mentira y no quedar como un mentiroso.
Tamara García Copado 4º E.S.O A
Hola Carmen,
ResponderEliminar¿Es necesaria la mentira en nuestra sociedad? Yo pienso que sí, la sociedad necesita la mentira aunque debería ser de manera ocasional y empática, es decir, que dependiendo de la situación si no es dañino para el otro y como dice en el texto en “dosis pequeñas”.
La mentira, aún siendo pequeña, puede convertirse en algo mayor ya que una mentira te lleva a otra y así sucesivamente, eres “esclavo” de tu propia mentira, sin embargo, sólo la verdad te hace libre. Aunque, cierto es, que la mentira es útil para ayudar a otros y hay personas que les ayuda más que la verdad.
Como veíamos en el texto “Vencer el trauma a través del arte” de Boris Cyrulnik, hay gente que se ve obligada a mentir para no ser rechazada por la sociedad, era el caso de una chica que había sido violada por su padre y quedaba convertida en un “espantapájaros”. Cuando alguien te pregunta “¿Qué tal estás?”, en general lo hace por cortesía realmente no desea que le cuentes tus penas.
Según San Agustín hay distintos tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa (éste tipo es como ejemplifica en el texto sobre el holocausto nazi, aunque no sea de tipo religioso); las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie (como los rumores) ; las que hacen daño y sí ayudan a alguien (como por ejemplo, mentir para conseguir un trabajo) ; las mentiras que surgen por el mero placer de mentir (maliciosas); las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso (por ejemplo, agradecimientos no realmente merecidos); las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien (mentiras piadosas); las mentiras que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien (ante un suicidio), y las mentiras que no hacen daño y protegen la "pureza" de alguien. Por otra parte, San Agustín aclara que las "mentirijillas" no son en realidad mentiras.
Además de ellos creo que en el texto nos muestra un nuevo tipo, el mentir por egocentrismo.
Sin embargo Santo Tomás de Aquino distingue tres tipos de mentiras: la útil, la humorística y la maliciosa.
Las mentiras están presentes en todos lados, y se ha demostrado que Internet está lleno de ellas, por ejemplo, un caso muy reciente es que una empresa se está beneficiando de los malos comentarios de alguna gente en Internet, para devolverles a las instituciones o personas afectadas, de nuevo, su buena reputación mediante comentarios positivos a los que se dé más importancia que aquellos que sean negativos. Aquí te pongo una página con información más detallada, por si quieres visitarla: http://haganegocios.com/como-mejorar-tu-reputacion-en-los-negocios-por-internet.html .
PD: ¡Feliz año nuevo!
María
Esta sociedad solo se mueve por apariencias mentiras y falsedades...
ResponderEliminarEs muy dificil ver el espíritu de una persona, ya que la gente se esconde...
A casi nadie nos gusta nuestra vida, es necesario crearnos una mejor de cara a los demás...
¿¿Como voy a decir yo que estoy mal porque no encuentro un camino a seguir??, ja,ja, q risa la gente...
Todos nos escondemos en la mentira para no mostrarnos a los demás como somos..., encontrar a alguién que te hable sin mentiras es algo muy dificil y si consigues eso, conserva a dicha persona de por vida y dala tu lo mismo VERDAD...
No puedes darte a alguién en la falsedad, pero tu mundo no puede ser abierto porque te van a masacrar..., por eso para ser feliz tal vez solamente haya q encontar a alguién que te regale su mundo y confie en ti para regalarte todo..., y tu hacer lo mismo con dicha persona...
Tal vez los reyes me hayan hecho este regalo, las cosas materiales importan una mierda, pero contrar lo dicho ahí arriba eso, no tiene precio...
Un gran saludo a todos
La mentira solo nos ocasiona daño a nosotros mismos, no al prójimo.
ResponderEliminarYa que nosotros no nos damos a conocer como somos de verdad. Ahora ¿quién no ha mentido alguna vez?, pero siempre por miedo, miedo al fracaso, a que se enfaden y no nos perdonen, a quedarnos solos, es muy triste pero es así.
A una persona que miente, no le dura mucho ocultarlo, porque quieras o no en algún momento hay cosas que no encajan y se acaba descubriendo. Por eso para mentir, uno tiene que saber.
En esta sociedad ya no existe la verdad, es todo mentiras y engaños.
Pero ¿de verdad sirve para algo?, o simplemente, ¿para dudar de si una persona dice la verdad o sin embargo miente?, entonces ¿como vas a creer a una persona cuando habla contigo, si no sabes si te está mintiendo?. Siempre quedará esa duda.
Como vuelvo a repetir la mentira solo nos engaña a nosotros mismos, porque nos volvemos desconfiados, ya que si nosotros hemos mentido alguna vez, ¿por qué ellos no?.
Silvia, en la vida, tan engañoso es verlo todo de color de rosa, como verlo todo de color negro. De hecho, de entre todo el espectro cromático del arco iris podemos, en gran medida, elegir el color con el que queremos ver el mundo y nuestra propia existencia.
ResponderEliminarTodos tenemos días turbios en los que vemos las cosas con desánimo, pero sé que no crees que en esta sociedad ya no exista la verdad, que todo sean mentiras y engaños.
Es verdad que nuestro mentir a quien principalmente daña es a nosotros mismos, pero también pueden dañar a otros.
No siempre se miente por miedo. A veces se hace para perjudicar, o para sacar beneficio a costa de alguien. Lo importante es saber que siempre que mentimos lo hacemos frente a otros a los que, sin quererlo o deliberadamente, incluimos en nuestra mentira intoxicando nuestra relación con ellos.
Mentir es una debilidad humana muchas veces comprensible, aunque pocas veces aceptable. Decir la verdad en todo momento, en cambio, es una cuestión peliaguda que exige coraje, prudencia y sabiduría.
Mi consejo es: confía en ti y confía en los otros, aún con sus pequeñas mentiras. ¿Qué otra cosa puedes hacer, aparte de desconfiar de todo y de todos? Confía, comprende y… perdona si alguien burla tu confianza. Al fin y al cabo, tú sólo puedes controlar tus propias acciones, y no siempre de forma absoluta.
*Cuestiones gramaticales: has mejorado mucho en este aspecto, Silvia, cosa que me causa una enorme alegría. Por eso seguiré señalándote los cada vez menos errores que yo vaya viendo. Esta vez serán dos que no estaría mal que apuntaras en alguna libreta de “reglas gramaticales”:
1º. “Solo”, cuando puede ser sustituido por solamente o únicamente lleva acento: sólo.
2º. Detrás de un interrogante que cierra una frase (?) nunca hay que poner un punto (?.)
Lo que sí puede es haber es una coma (,) si la frase continúa: ¿Qué podía hacer?, pensó ella.
Sí, Tamara, todo el mundo ha mentido alguna vez y quien lo niegue, miente.
ResponderEliminarTambién es cierto que casi siempre la verdad se descubre.
Tienes mucha razón en pensar que lo que más suele doler al que se le miente es la falta de confianza por no haberse sincerado con él, o con ella.
Me ha gustado tu sinopsis de lo comprendido sobre este artículo, Tamara. Y también tu más que correcto uso del lenguaje. Te animo a que sigas cuidándolo y mejorándolo.
Una cosa: cuando quieras insertar un comentario, no lo hagas como “anónimo”. Donde pone “comentar como” busca la opción “nombre/URL”, y allí pones tu nombre, apellido y el curso en el que te hallas.
Nos vemos.
Veo, María, que te has documentado muy bien sobre los distintos tipos de mentira y sus correspondientes fines. Aunque, al final, lo que me interesa en verdad es tu personal opinión sobre este tema.
ResponderEliminarHay que tener cuidado en no caer en un tipo de falacia que consiste en dar como válido un argumento apelando simplemente a unas fuentes prestigiosas: "como dice San Agustín, o como asegura Santo Tomás...".
Y con ello no digo que lo dicho por estos filósofos no tenga validez. Pero con los textos filosóficos hay que dialogar, debatir con ellos, no convertirlos en dogma porque entonces haríamos de la filosofía una teología: cambiaríamos la búsqueda de la verdad por la fe en una creencia ya dada e incuestionable.
Por todo esto, me gustaría que cuestionaras tu afirmación de que la sociedad necesita la mentira, y lo hicieras a partir de esta pregunta:
¿Es realmente la mentira una necesidad de la sociedad, o es más bien una consecuencia del funcionamiento de una sociedad cada vez más perdida y pervertida respecto a sus originarios valores ético-sociales?
Tómatelo con calma y con metodología, pues no es una cuestión fácil. En cualquier caso, si decides abordar esta cuestión, hazlo a través del "Cuaderno filosófico"·
¡Gracias por tus buenos deseos, y feliz nuevo año también para ti!
Hola Jorge, sólo me quedas tú y quiero decirte que las nubes pasarán. Tú no mientes y yo tampoco, al menos así lo creo yo. Pues mira, ya conoces a dos personas que no se han mentido mutuamente. Las personas mienten casi siempre por miedo. Miedo a las reacciones de los demás, a perder su cariño, a no ser valorados como les gustaría, a ser rechazados. En el fondo refleja una falta de seguridad en
ResponderEliminaruno mismo y una baja autoestima. Pero, por otro lado, no puedes ir por ahí diciendo a todo el mundo lo que piensas o lo que te sucede, porque puedes violentarlos. Puede que no estén preparados para escuchar lo que vas a decir. Así que se hace imprescindible seleccionar muy bien a nuestros interlocutores, sobre todo , en determinadas ocasiones de máxima sinceridad.
Jorge, como diría Morfeo a Neo en Matrix: Bienvenido al mundo real!!! ¿te acuerdas?
Qué decir sobre este texto...me parece vergonzosa la actuacion del Sr Enric.
ResponderEliminarYo pienso que hay mucho tipo de mentira pero creo que ninguna lleva a nada.
Es vergonzoso la cantidad de personas que mienten,apesar de luego sentirse mal,por el simple echo de " encajar".
Otras simplemente mienten porque les gusta fanfarronear y la mayoria de las veces se creen hasta dichas personas sus propias mentiras hasta el punto de intentar vivir como el personaje que han creado.
Si, es verdad que mucha gente dice que usa lo conocido como "mentira piadosa" creyendo que con esa mentira haras sentir mejor a la otra persona.Yo pienso que mintiendo no le ayudas,al contrario la verdad se tiene que contar por amarga que sea.Es verdad que aveces te puedes ahorrar tu comentario,es decir,que si yo no te pregunto por ejemplo ¿qué tal me queda tal vestido? es porque me encuentro agusto con él y no me importa lo que piense la gente y tu no tienes porque meterte.
Mucha gente se averguenza de si misma por la simple razon de no gustarle a la gente y esto es una verdadera lastima.
Pero lo peor de todo esque la mayoria de la gente no quiere oir esa verdad sino que prefiere vivir en una burda mentira por no afrontar la realidad y se aferran a cualquier hilo de esperanza para no admitir una verdad que es aparentemente clara.
Carmen yo soy una persona que con el paso del tiempo he ido aprendiendo que con la mentira no se va a ninguna parte y me gusta que me digan la verdad por muy dura que sea y llevo mucho tiempo haciendome esta pregunta: " ser verdaderamente sincero ¿Virtud o defecto?"
Un saludo
Moisés Cerrillo
Moisés:
ResponderEliminarEstá claro que mentir no es una virtud, aunque, ¿quién no ha mentido alguna vez?
Por otra parte, aunque mentir siempre sea mentir, hay mentiras y mentiras. Y se puede mentir por tantas razones: para perjudicar a alguien, para tratar de ser aceptados por el grupo del que nos sentimos excluidos, para librarnos de un castigo, para salvar nuestra vida o la de alguien al que queremos; podemos mentir por pura ignorancia, creyendo decir algo cierto, o por pura vanidad; existe el mentiroso compulsivo, el patológico, el que miente porque cree que hacer política es mentir a los ciudadanos, el que lo hace para vendernos un mal producto, el que miente callando, el que calla mintiendo…
Moisés, vivimos en un mundo donde la mentira reina por doquier y en el que la verdad molesta. Y dada esta situación, no es fácil ser sincero en todo momento.
En cualquier caso, la sinceridad es una virtud. Aunque recuerda la definición que hacía de ésta Aristóteles; y es que cualquier virtud llevada hasta un exceso podría llegar a ser un defecto.
Por esto, la inteligencia, la bondad, la generosidad, la comprensión, el perdón… han de acompañar siempre a la sinceridad, para que ésta no se convierta en una virtud muy solitaria, enfurruñada e inflexible… y deje de ser virtuosa.
En cualquier caso, tu actitud frente a la mentira es noble y loable, eso nunca lo dudes, y deseo que intentes siempre ser sincero... y comprensivo.
Bien, Moisés, cambiando de tema: como dices que te gusta que te digan la verdad, te voy a tomar la palabra, pero sólo porque quiero que mejores tu nivel de redacción, que sin ser malo, es bastante mejorable:
Te falta dominar mejor la normas de la acentuación de ciertos términos; después de un “punto y seguido”, “un punto y coma”, una “coma”, etc., deja siempre un espacio; repasa tus escritos antes de darlos por finalizados: de este modo evitarás algunas erratas que son producto de hacer las cosas con demasiada prisa y con cierto descuido. Espero que te esfuerces un poquito en este aspecto, ¿vale?
Un saludo, Moisés.
Es verdad que no es fácil ser sincero en todo momento pero no se puede vivir siempre buscando lo más fácil.
ResponderEliminarLas personas acaban acostumbrándose a mentir y acabamos viviendo en un mundo de hipocresía en el que no sabes ni de quien puedes fiarte...
Si yo creo que lo que dice Aristóteles responde a mi pregunta.Pero no es fácil saber en que momento debes decir la verdad y en cual no ni hasta que punto.
Respecto a lo de las faltas de ortografía tienes razón no me molesté en repasarlo puesto que era tarde intentaré que no vuelva a ocurrir.
Un saludo
Moisés Cerrillo
Uno, con el tiempo aprende a manejarse cada vez mejor en la relación con los otros y a quitarle importancia a cosas que realmente no la tienen.
ResponderEliminarNo se trata de buscar el camino más fácil, sino de encontrar el camino propio, el de cada uno, y vivirlo como lo que es: un camino de aprendizaje, con sus buenos encuentros y sus desencuentros, que, como más tarde se comprende, también son buenos, pues nos enseñan.
Y no hay que angustiarse por llegar pronto a ningún lado, porque en realidad no hay meta, sólo camino. Recorre el tuyo con confianza: él te guiará...
Sobre la cuestión ortográfica, me alegra que lo tomes así, como un propósito de mejora.
Por cierto, algo que en el anterior comentario se me pasó decirte: donde pone "seleccionar perfil", si en lugar de "anónimo", seleccionas "URL/nombre" te da la posibilidad de poner tu nombre en la entrada del comentario.
De este modo, a mí ya me llega como "Moisés Cerrillo dijo", y no como "Anónimo", y a ti te ahorra el tener que identificarte al final del comentario.
Nos vemos, Moisés.
Hola:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con la idea de que todos mentimos, aunque lo que cambia es la dosis.
Pienso que todas las personas hemos mentido alguna vez, pero está claro que hay mentiras y mentiras. Yo no veo mal que cuando alguien te pregunta "¿qué tal estás?" contestes "bien" aunque no sea así. Contestar que "mal" o "no muy bien" implicaría una serie de explicaciones que no puedes dar a todo el mundo, porque hay algunos aspectos de tu vida que únicamente compartes con las personas más cercanas a ti y que te demuestran que merecen esa confianza.
También, otro caso es el que se da en tu día a día con las personas de tu entorno. En ocasiones estas personas te piden explicaciones u opiniones, y a veces no puedes decir exactamente lo que piensas, pero eso, en mi opinión, no implica mentir. Hay varias formas de decir las cosas, y algunas de éstas no necesitan valerse de la mentira. Simplemente consiste en "suavizar" las verdades, es decir, que a la otra persona le quede muy claro cual es tu punto de vista o consejo sobre ese tema concreto, pero sin sentirse ofendido por ninguno de tus comentarios.
Pero en el resto de casos, la mentira lo único que causa es dolor, porque antes o después se descubren, como se suele decir, la mentira tiene las patas muy cortas.
La mentira dañina es esa que se acaba haciendo tan grande que cuando se descubre causa decepción. Por ejemplo, si una persona a la que has confiado tus secretos y que siempre ha estado apoyándote cuando lo necesitabas te miente, te produce dolor, puesto que esa persona no es como tú esperabas.
Por eso creo que tenemos que ser honestos y tener cuidado con las cosas que decimos, y sobre todo, con las mentiras, por que lo que puede pasar es que la mentira nos acabe aislando y cuando nos queramos dar cuenta no tengamos a nadie a nuestro alrededor que se preste a compartir su vida con nosotros.
Hasta otra.
Un comentario muy sensato en todos los ejemplos que has puesto, Marta.
ResponderEliminarAdemás, encuentro que está muy bien redactado, sin faltas de ortografía, y con las ideas muy bien ordenadas.
Sí te corregiré la única errata, porque siempre es bueno mejorar. Está en el último párrafo: "por que lo que puede pasar es que...". Este "por que", va junto: porque lo que puede pasar...
Esto aparte, has aportado un comentario muy acertado y valioso. Así que te felicito, Marta.
Saludos.
Hola Carmen:
ResponderEliminarPues la verdad que estoy completamente de acuerdo cuando dice que engañamos por convivencia, cordialidad, por ocultar delitos o por egocentrismo, pero, la mayoría de las veces mentimos sin haber pensado antes las consecuencias que podrá conllevar dicha mentira. Con esto no quiero justificarme, ya que yo también he mentido para cada una de las causas dichas anteriormente y de algunas mentiras se han ido formando otras mayores que al final se forma una “bola” que no sabes como salir de esa mentira.
Por lo que acabo de leer de Enric Marco, no entiendo como pudo haberse mentido en una cosa así, a esto me refería cuando he dicho que, actuamos sin pensar. Si quería hacerse popular que lo hubiese hecho de otra forma, no haciéndose pasar por un prisionero del Holocausto. Este tema seguramente traiga recuerdos muy poco agradables a las personas que lo vivió y que no les apetecerá recordar por un farsante que encima le condecoraron.
Yo, el premio se lo daría al historiador que le descubrió, mucho antes que al farsante del Holocausto.
Cambiando de tema, muchas veces, una mentira conlleva a otra, al final acaba más gente complicada y como bien dice en el texto “la bola tiene vida propia y es difícil de parar”.Yo la solución a este problema la daría pensando mucho antes de realizar la mentira y confiar bien al que le dices lo que has hecho.
También le doy parte de razón cuando dice: La mentira es una cuestión de dosis: un poco de autoengaño y algo de cortesía para poder salir a la calle.
Sí, muchas veces se autoengaño uno mismo con dicha mentira, pero, ¿solo se necesita cortesía para salir a la calle?
Yo creo que siempre tienes que ser tú mismo, estés en la calle o en tu casa.
Saludos Carmen.
Hola,Oscar:
ResponderEliminarEn este caso este hombre le dió un sentido a su mentira, lo que no justifica que haya mentido.
La mentira siempre pretende conseguir algo pero al final nunca lo logra.
La peor de todas es el autoengaño, que en un extremo, puede llevarnos a la locura de creernos alguien que no somos.
Veo que te has esforzado en tu comentario, me alegro mucho.
Hay algún pequeño error de concordancia pero nada grave, estoy segura de que en el próximo lo corregirás.
Hasta pronto.