lunes, 31 de enero de 2011

*No me da miedo el otro

“Tengo 71 años. Creo en un dios que se puede racionalizar, que está en todo”.
Jean Giraud, alias “Moebius”, revolucionó la historia del cómic.
"A finales de los 60 decidí cortar con la tradición seria del cómic para niños. Fue mi manera de hacer política. Moebius es la llave que me abre otra manera de ser".
Ahora, este artista que no sólo ha participado en los diseños de películas míticas de ciencia ficción, sino que también ha sido la referencia visual para obras como Blade runner, sorprende publicando sus diarios personales narrados en forma de historietas. En “Inside Moebius” (Norma Editorial) conversa con sus yoes de diferentes edades y sus personajes sobre los avatares de su vida y, así, Moebius vuela de nuevo.

.-Escoja la viñeta de su infancia.
La soledad, y a través de ella, el descubrimiento del poder sin límites de la imaginación y de la observación de las cosas: una mosca, el agua, la hierba..., todo.

.-¿Y por qué esa soledad?
Mi infancia fue muy plácida, pero era hijo único de adultos que trabajaban y pasaba mucho tiempo solo. Descubrí el poder del dibujo muy precozmente, con cuatro años. Mi primera lectora fue mi abuela, una mujer sencilla y buena; fue tan entrañable su reacción que aquel primer halago fue la raíz de toda mi historia como dibujante.

.-Nuestra vida está trazada por pequeños acontecimientos.
Eso creo. El dibujo me abrió al mundo y a mi propio interior. Yo era muy introvertido. Crecí en los suburbios de París y aterrizar en la escuela de arte representó un cambio total. Tenía problemas para adaptarme y conquistar el reconocimiento de los otros jóvenes, cuyo estatus social era más elevado.

.-¿Tuvo que cambiar?
Sí, la manera de cortarme el pelo, de vestir. Era un cambio de clase social.

.-¿Y le gustó?
Estaba fascinado. En las casas de mis amigos había parquet y bonitos muebles. En casa era todo caótico y mis abuelos era campesinos, preciosos, pero de otra manera: más espirituales que espectaculares.

.-¿No le decepcionó aquel nuevo mundo?
Sí y no. Comprobé que la clase modesta es más auténtica y afectiva, pero las formas son mejores en la clase adinerada. Y no se puede volver atrás, a los pocos meses la calidad estética se convierte en la norma.

.-Pero no sucumbió a ello.
Tengo dos aspectos como tengo dos firmas: una gran capacidad de bucear en mi interior y también una buena capacidad de comunicar; no me da miedo el otro.

.-¿Eso lo aprendió entonces?
Aprendí algo esencial que ha constituido mi filosofía de vida: el error, la imperfección, es lo que nos permite abrirnos para cambiar y conocer al otro, porque la fuerza (la intelectual, la física, la de seducción) cierra, levanta un velo y deja fuera al otro. Al fuerte sólo le salva un agujero en el velo. Los otros entran en nosotros como el agua, que nunca sube, siempre fluye hacía donde no hay impedimentos.

.-Usted es fuerte, hace y dice sin miedo.
Sí, porque la capacidad de comunicación da la fuerza. Pero aunque no sea el mismo de hace veinte años, la debilidad ha viajado conmigo, y tal vez ese es mi talento: aceptar la debilidad y la imperfección.

.-¿Qué más ha aprendido?
Estoy aprendiendo ahora la última lección, la de desaparecer físicamente pedazo a pedazo. Mi ojo izquierdo -tengo cataratas- es otro ojo, y tengo que vivir con ello. Y tal vez el año próximo sea el ojo derecho. Lo mismo ocurre con el pelo, los dientes, la fuerza… Espero mantener la capacidad de pensar y de hablar, pero es imposible saberlo.

.-Entonces?
Mi madre tiene 98 años y vive en un sueño impenetrable: la mirada perdida durante horas. Se ha convertido en otra. Pero eso es parte del aprendizaje; yo leí mucho a Castaneda y la búsqueda del guerrero espiritual.

.-¿Las pruebas de la vida?
Sí, todas esas batallas importantes: la del miedo, la del poder... La última es la batalla de guardar la conciencia intacta hasta el final. Y todavía no sé si es algo que depende de la voluntad o es un regalo genético.

.-¿Qué dice su madre?
Mi madre no es una guerrera consciente, fue una guerrera de la supervivencia, pero no tenía la conciencia de una bruja.

.-¿Usted sí?
Trato.

.-¿Qué ha conquistado?
Que usted esté aquí: cada pregunta suya es una victoria, el resultado de mi trabajo para conquistar el interés. Ser entrevistado es un privilegio que nadie conoce en la vida normal; es un requerimiento de autenticidad.

.-¿Cómo ha convivido con su arte?
He tenido la certeza de que mi dibujo era algo sin límites y único, un regalo que me ha dado la posibilidad de crecer, la conquista de algo interior, metafísico, mágico; pero, a la vez, todo ha sido muy confuso.

.-En su búsqueda de la magia interior, su estancia en México debió de ser importante.
Sí, descubrí la posibilidad de conquistar el éxtasis. Volar es la metáfora: elevarse al paraíso de los artistas. Y descubrí la marihuana como herramienta de conocimiento.

.-¿Por qué ha decidido dejarla?
A partir de cierta edad se convirtió en herramienta de confort, como los viejos en Marruecos que fuman porque ya no importa.

.-¿Qué le ha sorprendido en la vida?
Mi propia capacidad para percibir la belleza en el otro, en un paisaje, en el arte. Está en todas partes, pero es difícil abrir los ojos porque tenemos la necesidad de juzgar y de escoger: esto lo quiero y esto no lo quiero. En la comunicación percibimos de manera misteriosa sus distintos niveles, cosas buenas y malas; pero el nivel de la maravilla es algo que intento atesorar.

.-¿Qué quiere contar?
Me gusta mucho hacer cosas sin motivo y con confianza total en el inconsciente, porque creo que hay un ángel (otro nivel de conciencia) que habla a través de nosotros; pero la utilidad me hace perder las alas, así que todo lo que hago es inútil.

(Entrevista piblicada en "La Contra" de La Vanguardia).

*Nacho Vegas (cantautor asturiano)



Hoy te tengo cariño,
te tengo calor, amor, ten paciencia.

Y tú me echas de menos,
me tienes calor, amor, y esperanza.

Son los campos que han visto crecer
trigo limpio al amanecer;
la semilla de un amor que fue
en el cielo y en la tierra.

Pocas veces me has visto llorar,
pocas veces el frío polar
se hace dueño de mi corazón, amor, amor.

Hoy te tengo cariño,
tal vez esta vez, no sé, ten paciencia.

Y tú me echas de menos,
tal vez esta vez habrá esperanza.

Son los campos que han visto crecer
trigo limpio al amanecer;
la semilla de un amor que fue
en el cielo y en la tierra.

Pocas veces me has visto llorar,
pocas veces el frío polar
se hace dueño de mi corazón, oh no, oh no...

Hablar de Nacho Vegas (Gijón, 9 de diciembre de 1974) es hablar de uno de los talentos más sobresalientes que ha dado España en los últimos años y que, pese a su juventud, ha sido protagonista de alguno de los momentos más interesantes en el panorama musical de la pasada década.

miércoles, 12 de enero de 2011

*La sordera es una categoría política

Federico Luppi, actor y director de cine argentino de 73 años, vive en Madrid hace ocho años.

"Soy un protestón profesional, vivo permanentemente cabreado con el mundo político. Vengo de una familia ultrarreligiosa, italianos, lo único que me quedó es una expresión: ¡Dios mío!".

.-¿Se queja usted mucho?
No es eso, para mí la queja es como hablar desde el rincón, desde la desesperanza. Yo lo que soy es protestón, que tiene que ver con algo más activo, si creo que alguien es un sinvergüenza, lo digo rápido, ¿y sabe por qué?

.-Pues no.
Porque en el mundo de las buenas maneras el honesto siempre es derrotado. Sin embargo, el que tiene el poder tiene experiencia, habilidades, mañas, desvergüenza e impunidad. Para mí, decir una mentira o no pagar una cuenta pendiente me produce culpa y cierta irritación conmigo mismo. Pero a ellos no.

.-¿Cómo lo sabe?
Porque los poderosos y la mayoría de los políticos roban a mansalva, mienten como beduinos, estafan a medio mundo, hacen fortunas malavida y nunca tienen culpa.

.-Algún político honesto habrá, ¿no?
Se corrompen rápido a no ser que sean personas excepcionales. El poder, desde que yo recuerdo - es decir, hace muchos años-, ha convertido la sordera en categoría política.

.-Los políticos nacen de entre nosotros.
Ya, pero hay un detalle sobre el que valdría la pena reflexionar: cuando hacen campaña y prometen luchar por las aspiraciones populares se están comprometiendo con la comunidad, pero ninguno cumple. Ahí es donde comienza la pérdida y la estafa.

.-¿Viene usted de familia humilde?
Me hice adolescente en un mundo puramente agrario: campo, cultivo, ganado y gente a caballo. Para mí el mundo urbano era inexistente. Yo vivía en un horizonte plano, con pueblos pequeños, deprimidos y donde no pasa nada. Ahí es donde además me gusta vivir. Debo ser uno de los individuos menos urbanos del mundo.

.-Pero se fue a la capital.
Naturalmente, pero si hubiera tenido un poco de campo o alguna tarea agrícola segura y fija me hubiera quedado. .

-¿Qué cambió en usted la dictadura?
Adquirí la desconfianza. Videla fue la concreción visible de un plan elaborado por el Departamento de Estado y por Kissinger. Yo aspiro a que algún día Kissinger sea procesado como genocida. Creo que es una burla que le dieran el premio Nobel de la Paz.

.-Usted fue de los que se quedaron en Argentina durante la dictadura militar.
Estuve un año contratado en Madrid y luego volví a Buenos Aires. Cuando llegué a casa estuve tres horas llorando porque entendí que en términos vitales y razonables no debía haber vuelto, perdí 20 años de mi vida.

.-¿Cómo fueron esos años en Buenos Aires?
Negros y desesperanzados. Valores como la lealtad, la integridad o la caridad desaparecieron. Comprometerme contigo para llevarte a casa de tu tía era un riesgo, porque... ¿quién sabe con quién te juntas?... Se instaló en Argentina una fraseología del tipo: "por algo será", "quién sabe en qué andaría", ese tipo de cosas donde se culpabilizaba a la víctima. Pero hay gente para todo.

. -¿Por qué lo dice?
Es difícil entender por qué a veces el pueblo, los que lo pasan mal, votan al verdugo. Pero ocurre constantemente.

.-¿Que perdió en el corralito además de dinero?
Además de todos los ahorros de diez años de trabajo, vi como se derrumbaban mis mitos personales, porque para los campesinos el banco era un lugar seguro y sagrado y no una cueva de ladrones. Se fugaron de mi país en menos de 6 meses 135.000 millones de dólares con aviso previo: "Chicos, váyanse que viene la debacle". Fue una estafa colosal organizada por el capital.

. -¿Sin esperanza?
Nos quedan las mujeres, espero de ustedes más honestidad.

.-¿Qué ha sido lo bueno?
Descubrir que existe la posibilidad de que un joven desarrapado se convierta en Picasso. Las singularidades, esas lámparas que brillan en el desierto son de aquellos que hacen lo que no estaba previsto.

.- ¿Y la amistad, el amor, los hijos...?
Todos esos aspectos son en realidad lo más programado en la vida del hombre. Descubrir el sexo, el amor, casarse y tener hijos es un mandato de la especie.

.-¿Existía un destino?
Sí. Te casabas prematuramente, en mi caso a los 23 años, sin cuestionarte nada.

.-¿Fue una decepción el matrimonio?
Duró 6 años, y más que una decepción fue la confirmación de que aquello no lo debía haber hecho. Yo no tengo nada que ver con ese hábito cotidiano del orden familiar.

.-¿Cómo es usted?
Estepario. La alegría y el bullicio no me van. No me volví a casar porque no sirvo.

.-Entonces, ¿qué pasó hace 6 años?
Es una relación diferente. Además, no tengo una condición temporal como para arrepentirme, tengo 70 años, doblo la edad a mi mujer. Hasta ahora, en la pareja, el más beneficiado soy yo.

.-¿Qué ha debido de vencer?
Suelo ser tontamente rencoroso y un par de disparates conceptuales me sacan fácilmente de quicio. Tengo una capacidad bastante menguada de aceptar el mundo tal como es, y eso no es bueno, pero no era capaz de verlo hace 10 años.

.-¿Los años juegan a nuestro favor?
A mí me han hecho bien, puedo ver algunas cosas con una perspectiva bastante más adulta y, a sabiendas de mi poco aguante, hay gente que ya no frecuento, porque se que en algún momento ese café amable se va a convertir en una trifulca porque digo lo que pienso aun a riesgo de que me den una torta.