Scott Turow, abogado, fiscal y escritor de thrillers legales, piensa todo lo que dice. Su mirada es implacable, y hay en él un poso de tristeza. Por lo demás, es un abogado de éxito en Chicago, tiene uno de los bufetes más importantes, y su elegante imagen se corresponde con ello.
Comenzó siendo un joven escritor, profesor de narrativa en la Universidad de Stanford, carrera que interrumpió para dedicarse al derecho hasta que mezcló ambas pasiones y publicó la primera de sus ocho novelas superventas: “Presunto inocente”, que Alan J. Pakula llevó al cine protagonizada por Harrison Ford. Veinte años después se preguntó cómo el protagonista habría sobrevivido a su crimen y por qué cometemos dos veces los mismos errores; así nació su nueva novela: “Inocente”, (Editoral Mondadori).
Tengo 61 años. Nací y vivo en Chicago. Estoy divorciado, tengo tres hijos y vivo en pareja. Tengo un bufete. El gobierno debe a todos los ciudadanos respeto y dignidad por igual. Me educaron como judío, sigo celebrando las fiestas tradicionales, pero soy agnóstico
.-Dígame una de sus verdades más profundas.
Que a pesar de los pesares lo que más desean los seres humanos es que les quieran; morimos por ello.
.-¿Ha visto amor en los tribunales?
Los tribunales son uno de los principales fracasos del derecho. Allí no puedes hablar de amor, y además se suele funcionar como si el amor no existiera.
.-¿Cuál es la realidad de la justicia?
La realidad del poder, así que al final es el poder el que determina lo que es real dentro del sistema judicial. Si sucedió algo y el sistema judicial decide que no sucedió, entonces en el sistema judicial no es real.
.-¿El dinero y el poder eluden con más facilidad la justicia?
Casi todos los pobres que son acusados de un crimen acaban en la cárcel, aunque algunos no son culpables; entre los ricos eso es infrecuente.
.-Se dedicó usted a la corrupción en las altas esferas.
Como fiscal y como abogado defensor. Cuando era fiscal, mi mujer me dijo que debería tener un rótulo en mi despacho que rezara: "Todos mienten, los clientes, los abogados de la defensa, a veces también la policía".
.-¿La mentira reina en los tribunales?
A lo largo de los años me han impresionado las maneras extrañas y sorprendentes que la gente tiene de acabar inventando cosas por su propio sentimiento de inadaptación.
.-¿A qué se refiere?
He visto a multimillonarios robar cantidades de dinero irrisorias, y no es por avaricia, es simplemente porque les parece que tienen que hacerlo. Hay una multitud de maneras con que la gente intenta superar su infelicidad, y eso me ha impresionado.
.-No entiendo eso de que tienen que hacerlo, tienen que robar.
A veces, porque quieren pensar en sí mismos como personas poderosas; a veces, porque se creen tan importantes que consideran que no tienen que seguir las reglas; a veces, porque, a pesar de todo, creen que otros tienen más autoconfianza y su manera de compensarlo es robando.
.-¿Desencantado de su oficio?
Bueno, en primer lugar, creo que en la mayoría de los casos el derecho se acerca bastante al acierto; pero tengo que admitir que el negocio del derecho me desasosiega.
.-Cuénteme.
Los abogados en Estados Unidos ejercen para ganarse bien la vida, no para hacer justicia, y eso inquieta. El tipo de sistema, un poco fábrica de hacer justicia, especialmente con la gente pobre, me preocupa. Pero cuanto mayor me hago, más reconozco que algunos de los problemas con el derecho resultan de la dificultad que todos tenemos a la hora de escuchar y entender al otro.
.-A veces tienen que defender a gente que saben que es culpable.
Si yo sé que un cliente es culpable, no le dejo testificar ante el tribunal que es inocente, pero eso no significa que no ponga a prueba la demostración propia del Estado.
.-Es un tema que ha trabajado en sus libros: que un culpable acabe libre.
Muy a menudo el sistema legal es moralmente desconcertante. Es desconcertante cuando un culpable sale libre y cuando un inocente es condenado, pero después de haber reflexionado mucho sigo pensando que es la manera correcta de hacer las cosas.
.-¿Por qué falla la justicia?
Hay jueces estúpidos, abogados incompetentes y malas leyes.
.-Usted dedica parte de su tiempo a defender a gente desfavorecida. ¿Qué cree que diferencia a los ricos de los pobres?
Los pobres no se merecen ser pobres, simplemente son pobres, y eso en sí mismo marca unas diferencias ingentes.
.-Y lucha contra la pena de muerte.
Yo no creo que la ley sea jamás capaz de encontrar una manera de llegar sólo a los casos en que sea justo aplicarla. Y la realidad es que en mi país la gente que está en el corredor de la muerte son en una mayoría aplastante pobres.
.-A un abogado triunfador, ¿la moral es algo que le estorba?
Dudo que haya un abogado exitoso que pueda decir: "Nunca en toda mi carrera he hecho algo que no sea ético". Pero creo que se puede ser un abogado exitoso y ejercer éticamente.
.-Hay estudios que demuestran que el colectivo más infeliz es el de los abogados.
Sí, y hay muchos motivos: es un trabajo con muchas exigencias. Pero lo peor de todo es que siempre estás luchando contra alguien, es como un matrimonio en el que discutes todos y cada uno de tus días. Pero se gana mucho dinero, y eso, a veces, los hace todavía más infelices.
.-¿Por qué?
No se sienten realizados. En el día a día la vida de un abogado puede ser estresante y a menudo llena de rabia.
.-¿Por qué retomar la misma historia de Presunto inocente 20 años después?
Para responderme a la pregunta de por qué seguimos cometiendo una y otra vez los mismos errores.
.-¿Alguna conclusión?
Por un motivo u otro, las personas son incapaces de enfrentarse a lo que tienen que hacer para cambiar.
.-¿Cuál es la pregunta más importante que se ha hecho?
¿Puedo llegar a ser feliz?
(Entrevista publicada en "La Contra" de La Vanguardia).
Fátima Carrasco- 2º bach(letras).
ResponderEliminarEl amor es algo inmaterial, un sentimiento que surge en nuestro interior, que muchos inclusos consideran como una enfermedad (debido a los cambios químicos que se producen en nuestro interior), y por eso el amor no puede contabilizarse.
Alguien que pide justicia a los tribunales y pide que deben reparar unos daños (a veces morales, la mayoría sin duda), lo único que puede pedir es dinero.
Por eso en los tribunales no parece que exista el amor. Los juristas, abogados, jueces, fiscales y demás personas dedicadas al derecho deben dejar fuera de las salas de justicia los sentimientos con la finalidad, paradójicamente de ser justos.
Los abogados deben defender a gente culpable porque tienen derecho a ser juzgados, y mediante esta defensa podrá comprobarse si ciertamente es culpable o inocente.
Creo que habla desde el desengaño por haber visto tantas injusticias en su trabajo, las diferencias en las clases sociales, y cómo al final el dinero marca la diferencia.
ResponderEliminarAunque habla de la falta de amor en los tribunales, él debe de seguir teniendo un gran amor hacia las personas, ya que lucha por las injusticias e intenta ayudar a los más desfavorecidos.
Hola, Fátima:
ResponderEliminarQuiero entender que hablas de enamoramiento o amor pasional, ya el año pasado estudiamos las tres formas de amor que hay. Y cada uno tenía unas características muy distintas ¿recuerdas?
No estoy de acuerdo en que pedir justicia sea pedir dinero, el dinero no hace justicia, solo repara ciertos daños si son materiales y compensa aquellos que son psicológicos o de pérdidas. ¿Pero crees que el dinero puede hacer justicia en el asesinato de un ser querido?
La imparcialidad no tiene que ver con la ausencia de sentimientos, los jueces deben juzgar con la máxima neutralidad pero no pueden dejar de ser seres humanos cuando juzgan a otro ser humano porque sería terrible. Es más, creo que nos acercamos más a la justicia cuando más humanos somos, los animales no se plantean estos temas.Y creo que las máquinas tampoco.
Has elegido temas muy interesantes en tu comentario, te felicito por ello, pero creo que podías haber profundizado más en uno de ellos al menos.
En la parte ortográfica no he encontrado ningún error grave.
Hasta pronto.
Hola, Jesús:
ResponderEliminarEs cierto, este hombre es un modelo a seguir como muy bien dices en tu comentario.
Recuérdalo siempre, cuando parece que no puedes hacer nada siempre hay algo que puedes hacer, aunque no sea nada grande.
Buen comentario en todos los sentidos.
Hasta pronto.
Pablo Erustes 2ºBachillerato Letras
ResponderEliminarYo pienso que la justicia siempre ha sido ciega e incluso corruptible.Parece mentira que en la sociedad en la que vivimos halla personas(ricas) que con soltar unos billetes a jueces inútiles se vayan de rositas al haber cometido un delito grave como es el robo.
Yo entiendo que los abogados tengan que defender a gente claramente culpable de un delito para poder ganarse la vida,pero es muy triste verles defendiendo a estos asesinos,maltratadores,ladrones...E incluso estos agobados me llegan a parecer mucho más culpables por defenderles.
Los pobres van bastante más a la cárcel porque claro,estas personas no tienen dinero ni para comer y no encuentran otra solución que provocar delitos como el robo.Lo penoso es que halla mucha de esta gente que sea encarcelada por delitos que no han cometido por una falsa acusación.
El contenido de tu comentario está bien. Es crítico y señala la inoperancia de las leyes cuando son manipuladas por aquéllos que deben aplicarlas en base a la justicia, y no a otros intereses.
ResponderEliminarDices entender que los abogados, que para poder ganarse la vida, tienen que defender a gente claramente culpable de un delito. Pero este no es argumento válido, porque el tener que ganarse la vida no puede justificarlo todo; si fuera así podríamos entender a los asesinos a sueldo o a los mercenarios que matan para ganarse la vida.
No, la defensa de los claramente culpables está justificada por el principio de que todo el mundo tiene derecho a tener un juicio justo. Otra cosa es cómo tantos abogados logran que verdaderos criminales salgan con el veredicto de “inocentes”. Esos abogados comenten un delito por el que deberían ser juzgados, además de ser apartados para siempre del ejercicio de su profesión, y aquí, el hecho de que “tengan que ganarse la vida” no es ninguna justificación. También me la tengo que ganar yo, y tus padres, y el vecino de al lado, y no por ello delinquimos.
Pablo, tu nivel ortográfico no corresponde con el de alguien que ya está cursando 2º de bachillerato. Es algo que, además, choca con el modo más que correcto en que te expresas, y con el sentido crítico de tus ideas.
Has de mejorar este aspecto. Y has de hacerlo este año. No puedes llegar a la Universidad así. Te entregaré algo para que compares y reflexiones sobre lo que te digo.
Un saludo.
PD. Entra en el blog “Hagamos un pensamiento”. Allí encontrarás unas pautas sobre cómo hacer un comentario. En uno de los puntos se explica cómo se debe poner el nombre, apellidos y curso en los comentarios. Espero que en tu próximo comentario éste y otros aspectos ya esten resueltos.
Hola Carmen.
ResponderEliminarEn mi opinión creo que la justicia siempre ha tenido un precio y la gente con dinero lo ha pagado. Es lo primero contra lo que creo que deberíamos luchar. Por ese motivo creo que dice que hay mucha más gente negra y pobre en el corredor de la muerte... Debemos hacer una justicia que sea igual para pobres que ricos.
También quería comentar lo de la moral de los abogados. Es verdad lo que dice el abogado, no creo que ningún abogado haya obrado siempre éticamente, siempre se quiere conseguir prestigio y ganar los casos para los cuales tienen que defender y mentir ellos también sobre la verdadera realidad.
Hola, Rodrigo:
ResponderEliminarUn comentario muy sensato, sin apenas ningún error ortográfico, lo que parece una especie de milagro.
Sí te voy a corregir algunas expresiones, para que las mejores:
- En mi opinión creo que la justicia… (En mi opinión, creo que la justicia…)
-Debemos hacer una justicia que sea igual para pobres que ricos.
(Debemos hacer una justicia que sea igual para pobres y ricos.)
-…y ganar los casos para los cuales tienen que defender y mentir ellos también sobre la verdadera realidad.
(…y ganar los casos que tienen que defender, y mentir ellos también sobre la verdadera realidad.)
Rodrigo: en el próximo comentario acuérdate de poner, además de tu nombre, tus apellidos y el curso en el que estás).
Un saludo.
Hola Carmen.
ResponderEliminarLo primero que he de decir es que estoy de acuerdo con el título, ya que en los tribunales si tienes suficiente dinero te “pagas” un supuesto derecho, por así llamarlo.
Si no hay justicia, ni imparcialidad en un tribunal, no sé a qué llamamos derecho si sólo lo conseguimos teniendo dinero. Que personas ricas se libren de la cárcel sin el mínimo castigo y luego haya miles de personas pobres que están encerradas sin haber hecho nada, es algo egoísta por parte de esos jueces y abogados que se dejan comprar por una cifra “atractiva”. Esto es algo contra lo que hay que luchar y acabar con ello para que haya justicia de verdad.
También está la lucha ética sobre defender a alguien que es culpable. En mi opinión estas personas pueden merecer un juicio justo, pero no merecen tener una defensa, ni un abogado, ¿para qué? si es evidente que son culpables. Así solamente se consigue que un criminal tenga más oportunidades de ser nombrado “inocente”.
Hola, Roberto:
ResponderEliminarVeo que eres un apasionado de la justicia, y que, en consecuencia, las injusticias te indignan. Eso está bien.
En lo esencial, estoy de acuerdo contigo: recibir justicia es un derecho y nadie debería pagar para que sus derechos se respeten y sean defendidos. Pero no vivimos en un mundo ideal, sino, más bien, en una jungla de intereses creados donde los ricos y poderosos implantan su “justicia”. Y este es el mundo que nos toca mejorar y tratar de acercarlo a ese otro “mundo ideal”, en el que "justicia" y "legalidad" signifiquen lo mismo.
Que los jueces y abogados se dejen comprar y liberen a los culpables por ser ricos y poderosos, no es egoísmo. Es corrupción con todas las letras, y un síntoma claro de que el sistema judicial está, en gran medida, pervertido.
Roberto, todo culpable merece una oportunidad de defenderse y un juicio justo, y si realmente es culpable y el juicio es justo, se le aplicará la pena que le corresponde.
El problema es que muchos abogados defensores creen tener derecho a defender al acusado a toda costa, aun faltando a la verdad. Pero, ¿cómo se puede hacer justicia faltando a la verdad, si la verdad es la base y el fundamento de la Justicia?
Las instituciones humanas, como ves, son el reflejo de la imperfección humana. Pero esta realidad no nos libera de nuestra responsabilidad ética de comportarnos con los otros de una manera justa y comprensiva.
Todos, alguna vez, queriendo o sin querer, podemos mostrarnos injustos con otros. Y deberemos aceptarlo y tratar de reparar ese acto en lo posible, y responsabilizarnos de ello.
Bien, Roberto, has hecho un comentario muy crítico y valiente sobre un tema crucial en el funcionamiento de una sociedad y en la vida de sus componentes, los ciudadanos.
A ese impulso que tienes por defender la justicia, que es bueno, no olvides aplicarle cierta templanza.
Sabemos lo difícil que nos resulta no juzgar en los otros ciertos actos que nos parecen injustos, pero entonces usemos el juicio, no el temperamento. Eso nos evitará, en muchos casos, ser nosotros igualmente injustos.
Un saludo, Roberto.