domingo, 4 de abril de 2010

*Detrás de cada pánico hay grandes ganancias

Hay miedo. Mucho miedo. Pero un miedo distinto al tradicional. Un miedo difuso, líquido, dice el sociólogo Zygmunt Bauman. Precisamente "Miedo líquido" será el título de su próximo libro.
Bauman ha creado conceptos clave como modernidad líquida o amor líquido, refiriéndose a una nueva época, la nuestra, en la que los vínculos tradicionales con la familia, el trabajo o la pareja están en profunda crisis o han desaparecido, provocando fuertes zozobras personales. Y en sus últimos ensayos ha examinado las consecuencias de esta nueva sociedad en el campo de batalla actual por excelencia: la ciudad, con el miedo al ejército de vidas desperdiciadas que se va formando, desde emigrantes hasta parados de eterna duración. Con urbanizaciones cerradas que son un reflejo de los guetos de las urbes. Pero también con la oportunidad de dar soluciones a problemas globales: "gracias a los inmigrantes el choque de civilizaciones se ha convertido en un encuentro de vecinos".

.-¿Han llegado las primeras generaciones que no esperan una vida mejor que la de sus padres? ¿El progreso produce hoy pesadillas?
Es un misterio. Freud ya escribía que la civilización ha supuesto sacrificar libertad por más seguridad, que la civilización es, sobre todo, seguridad. Pero pese a todo, hoy se siente mucha inseguridad, y he querido explorar de dónde viene. Los miedos de hoy, a diferencia de antes, son fluidos, poco definidos. Ignoramos las causas y además nos sentimos impotentes para hacer nada. Es una combinación tóxica. Y antes nos podíamos quejar a los estados. Ahora hay unas fuerzas globales y todo parece venir de un lugar oscuro. En segundo lugar, hay una flexibilidad en el mercado de trabajo que provoca que no sepas si mañana tendrás tu puesto o te servirán tus habilidades. Eres tan bueno como tu último éxito, que no dura mucho. A eso se suma la fragilidad de los lazos humanos, relaciones de las que puedes desprenderte cuando quieras... y también ellas de ti.

.-Una vida llena de incertidumbre.
Una amenaza constante, sin saber de qué. En "Miedo líquido" añado otro elemento: el desastre natural y el humano o moral. La modernidad comienza con la idea de que si pones el comportamiento humano bajo control racional, eliminas ese desastre. Luego, se cree que con la ciencia también se pueden controlar los desastres naturales. Lo que ha sucedido es lo contrario: los desastres humanos se han acabado pareciendo a los naturales. La gente, guiada por ciertos valores, hace cosas que acaban golpeando aleatoriamente, de la polución al calentamiento global. Y cuando hay desastres naturales como el Katrina, lo peor es lo que sucede luego, que revela cómo han sido de irracionales las acciones humanas.

.-¿Dónde clasificaría la gripe aviar?
Con las vacas locas y el efecto milenio... Siempre hay algo matando. Y detrás de cada pánico hay grandes ganancias. Como el miedo es fluido, va de un lugar a otro, es una fuente potencial de ganancias para empresas. Y también para construir un capital político. Los gobiernos pueden fracasar en proteger el trabajo, pero muestran su poder controlando a todo el que llega al aeropuerto. El problema con los miedos fluidos es que estas soluciones son falsas, ni así se sentirá seguridad.

.-¿Somos una sociedad hipocondriaca?
Sí, hay una demanda de que alguien señale con el dedo, la gente espera un objeto para sus miedos. Continuamente llegan razones, no causas. Así se pueden vender productos que te curan de males que incluso ignorabas, pero dices "por lo menos de esto no moriré".

.-¿La economía ha originado este miedo?
La duración media de un trabajo en Sillicon Valley, la meca de Bill Gates, es de ocho meses. Y las reglas no han cambiado: han desaparecido. Las empresas practican el outsourcing, gente que dependía de la responsabilidad de la empresa es externalizada. Así no han de vigilar como antes a los trabajadores.

.-Usted parece reivindicar el Estado social que ha dejado paso al Estado de seguridad, y que ofrecía protección, más que redistribución.
Cuando se creó el Estado de bienestar, estaba más allá de izquierda y derecha. Convenía a los trabajadores y a los empresarios, que tenían mano de obra bien preparada. Eso se ha roto hoy que las empresas pueden irse a India en un mes. Volveremos a la idea del Estado social, pero no a nivel estatal. Nos encontramos con las cuestiones con que se enfrentaron los pioneros del Estado de bienestar, pero esta vez la tarea es más grandiosa porque hemos de rehabilitar a los empobrecidos y parados. Dignificarlos. Y porque para implicar al capital el cambio debe ser negociado a nivel global. Creo que tarde o temprano la gente encontrará el camino. Espero que no sea tarde para que no haya, como se dice hoy, muchas más víctimas colaterales.

(Entrevista publicada por Justo Barranco).

4 comentarios:

  1. Silvia Moreno Córdoba 4ESO A29 de abril de 2010, 22:44

    La gente ya no es feliz, ni vive alegre, ya que siempre está pensando en sus miedos, en lo que puede pasar si hace esto, aquello o lo otro.

    En realidad vivir con ese miedo, yo lo considero una perdida de tiempo.Ya que la vida son dos días, y uno no puede vivir pensando en lo que puede pasarle, si no haciendo lo que en cada momento le apetezca hacer, simplemente por encaminar su vida hacia la felicidad, por lo tanto, esta sociedad como bien dice el texto, se ha convertido en una sociedad hipocondriaca.

    En mi opinión, es uno de los mayores males que hemos cometido los seres humanos en el día de hoy.

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  2. Tu comentario, Silvia, es muy sensato y está bien expresado. Sin embargo, creo que le falta abordar la esencia del texto, que no es el miedo en general, sino un miedo muy concreto, casi mediático, creado para generar ganacias económicas. Es un miedo de marketing, porque la inseguridad da grandes ganancias a ciertos tipos de empresas, y a los poderes fácticos que hay detrás de todos los partidos políticos. Y es que el mayor poder que se puede tener sobre otro es que te tenga miedo.

    Por esto es importante distinguir entre el miedo que siempre ha existido en los seres humanos: el miedo a morir, o a enfrentarse a la vida, a enfermar, a quedarse solo y desválido, a los estragos de la guerra, a que nos abandone la persona amada… y por otra parte el miedo a causas no naturales, sorpresivas, como las nuevas gripes o extrañas enfermedades, la terrible crisis económica que continuamente nos amenaza, el desatre ecológico, el cambio climático, el terrorismo que en todo momento pende sobre nosotros como una espada de Damocles, la inseguridad de si podremos o no continuar teniendo asistencia médica gratuita, o si, cuando nos toque, llegaremos a cobrar la jubilación… en definitiva, un estado de inseguridad contínua que irá creciendo y creando una mayor ansiedad e inseguridad en la gente.

    Este es el tema que plantea Bauman: hoy el gran negocio se basa en instaurar el miedo como normalidad. Porque la gente siempre preferirá la seguridad a la libertad. Y esto lo saben muy bien estos tipejos inmorales que manejan el poder económico y político. Así son siempre las cosas cuando el pueblo delega sus responsabilidades y se duerme frente al televisor…

    Parte ortográfica: perfecta.

    Sólo mencionarte, como curiosidad, la rareza de que el término “hipocondriaco” o “hipocondríaca”, según el diccionario de la Real academia Española, pueda escribirse tanto con acento, como sin acento, tal cual lo has hecho tú. Yo siempre pensé que era una palabra esdrújula y que, por tanto, debía acentuarse. Creo que la ambigüedad y la falta de criterios también están entrando en la Real Academia de la Lengua Española… pero que no cunda el pánico; seamos optimistas y esperemos un fin de semana soleado y de sano disfrute.

    Un saludo, Silvia.

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  3. Silvia moreno cordoba 4 eso A30 de abril de 2010, 16:52

    El texto se refería a los miedos provocados por las empresas como bien me has comentado.
    Pero yo he querido centrar mi máxima atnción, en los miedos que existen en esta sociedad, por ejemplo; el miedo a la soledad, a la enfermedad...

    Que también considero culpables a las grandes empresas, a los gobiernos etc.
    Ya que se disponen solamente a inventar "chismes" para poder manipular a las personas que padecen esos miedos y ganar dinero a su costa, por ejemplo; la vacuna contra el cuello de útero o la "supuesta" gripe A. Que en mi opinión, ha sido y será como una gripe estacionaria normal.

    De todos modos, hay gente que lo cree y yo lo respeto, pero así viviran con ese miedo y creerán todo tipo de mentiras que salgan en la sociedad y así uno nunca puede ser feliz. Sabiendo que en este mundo solo existe la enfermedad, la soledad, la muerte etc.

    Terminada mi opinión sobre el texto, espero con muchas ganas un fin de semana soleado para poder disfrutar y despejarme un poco de la rutina.

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  4. Bien, Silvia, te he entendido perfectamente. Así, podemos resumir en que hay, por lo menos, tres tipos de miedo:

    1º. Uno instintivo que necesitamos para ser cautos y poder sobrevivir frente a los peligros de la existencia, como cualquier ser vivo.

    2º. Otro que podríamos llamar "miedo existencial", que puede producirse frente a la idea de la muerte, de la soledad, o de una enfermedad grave. Este miedo, que tiene un componente natural y otro cultural, puede elaborarse y ser superado. Muchas personas lo logran. Y hay culturas en las que la idea de la muerte es algo natural que un día u otro llega, y por tanto no produce ninguna angustia vital.

    3º. Finalmente existe este miedo provocado interesadamente por las grandes corporaciones y gobiernos para sacar suculentas ganancias y tener a la gente atemorizada por mil y una amenazas, y, por tanto, totalmente a su merced.

    Así que estamos de acuerdo, Silvia. Disfruta de tu fin de semana.

    Un saludo.

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