Julio Gómez, es un médico que se dedica a asistir a enfermos terminales. Su hija estaba muerta. Dejó que su hermanito Ander, de seis años, la viera. El niño lloró y, mirándole a él, le dijo: "Tú no lloras porque eres médico, ¿verdad?". Y Julio Gómez rompió a llorar: aprendió que tenía derecho. Hoy es referente en medicina paliativa y lidera el hospital San Juan de Dios de Santurce para la atención integral de personas con enfermedades avanzadas. De 384.000 personas que fallecen al año en España, 150.000 necesitan esos cuidados, y sólo 40.000 los recibían. Con él las cosas han cambiado.
"Tengo 40 años. Nací y vivo en Bilbao. Soy médico especialista en cuidados paliativos: asisto a enfermos terminales. Estoy casado y tengo un hijo, Ander (11), y tuve una hija, Estíbaliz (murió hace seis años). ¿Política? Compromiso social, voluntariado. Soy cristiano".
.-Si yo fuese un enfermo terminal, ¿qué haría usted?
Ayudarle a vivir bien hasta el último minuto.
"Tengo 40 años. Nací y vivo en Bilbao. Soy médico especialista en cuidados paliativos: asisto a enfermos terminales. Estoy casado y tengo un hijo, Ander (11), y tuve una hija, Estíbaliz (murió hace seis años). ¿Política? Compromiso social, voluntariado. Soy cristiano".
.-Si yo fuese un enfermo terminal, ¿qué haría usted?
Ayudarle a vivir bien hasta el último minuto.
.-¿Cómo puedo vivir bien sabiendo que voy a morir?
Si aceptas lo inevitable y yo te palío lo evitable, vivirás bien hasta el final, con dignidad.
.-¿Qué es lo evitable?
El dolor total.
.-¿Qué es el dolor total?
Una suma de dolor físico, dolor psíquico, dolor social y dolor espiritual. Paliémoslos: en eso consisten los cuidados paliativos.
.-¿Desde cuándo la medicina los ofrece?
En España, sólo desde los años 80. Antes, el médico veía a la muerte como enemiga: si no podía curar, el médico se sentía fracasado. "No hay nada que hacer", sentenciaba, y abandonaba al enfermo a su suerte. Lo desahuciaba. El médico está entendiendo que, más allá de curar, puede cuidar al enfermo desde el diagnóstico hasta la muerte. Lo dice el filósofo Francesc Torralba: "Hay enfermos incurables, pero ninguno incuidable".
.-¿Cómo me paliarán el dolor físico?
Hay analgésicos idóneos, hay morfina.
.-Si la morfina merma mis facultades, ¿me compensaría usarla de todos modos?
Le preguntaría siempre antes. Hoy podemos dosificar la morfina de modo que palíe tu dolor físico con el mínimo embotamiento cognitivo. El otro día reduje la dosis a un enfermo porque vi que había alcanzado una serenidad natural que lo permitía.
.-¿El estado psíquico determina el físico?
Sí. El dolor psíquico -angustia, ansiedad, tristeza, ira, miedo...- alimenta el sufrimiento, sensibiliza, incrementa el dolor total.
.-¿Y cómo se palía ese dolor psíquico?
Acompañando al enfermo, permitiendo que se permita expresar rabia, tristeza... ¡Sólo así podrá llegar a aceptar su situación! Ese enfermo quiso hablar con familiares, expuso deseos, se reconcilió consigo mismo...
.-Me hablaba de dolor social: ¿qué es?
El derivado de perder tus roles sociales anteriores, a causa de tu enfermedad.
.-¿Cómo puede paliarse ese dolor?
Un enfermo entendió lo mucho que podía enseñar a sus hijos con su actitud ante la enfermedad y la muerte: ganó para sí un rol social, ¡y un rol muy importante!
.-¿Sí?
Solemos encubrir la muerte. Error. Si de niños vemos al abuelo muerto, ¡sufriremos menos mañana ante la muerte! Los niños aceptan la muerte como natural: ¿por qué inocularles temores, perjudicándoles?
.-Me citaba el dolor espiritual: ¿qué es?
Es el del sentido: "¿por qué?", "¿por qué yo?", "¿para qué nacer, para qué vivir?", "¿para qué todo?", "¿qué pinto yo aquí?", "¿dónde está Dios?". El enfermo terminal se hace estas preguntas, busca un sentido...
.-¿Y cómo le ayuda usted ahí?
Acompañándole en las preguntas: al menos, siempre nos quedarán las preguntas. No sé si es mucho consuelo... Nada alivia más a un paciente avanzado que comprobar que su médico no se escaquea.
.-¿Es más fácil el final para el creyente?
Morimos como hemos vivido: uno enfrenta de cara las cosas, otro escurre el bulto...
.-Diga algo al terminal que nos lea.
No es que mientras hay vida, hay esperanza, sino que mientras hay esperanza, hay vida. Hay mucho que hacer, desde aplacar tu dolor hasta estar consciente, o ver una película con alguien, compartir una comida, conversar... ¡Te queda seguir vivo hasta el final!
.-Cíteme un caso.
A un hombre le preparé para disfrutar de la cena de Fin de Año con sus seres queridos. Luego murió con todos alrededor de su cama, dándole la mano: ¡ver esa foto es emocionante! ¿Puede haber mejor muerte?
.-¿Mejor en casa que en el hospital?
Donde prefiera: disponemos de medios y recursos para que sea en casa, si se desea.
.-¿Ha acompañado a alguien querido?
Mi hija murió con tres años y ocho meses. Nacida con grave discapacidad, estaba hipercapacitada para generar cambios alrededor: despertó la ternura en mí, eso me hizo mejor médico. Yo la cuidé, ella me doctoró.
.-¿Hay dolor mayor que ese?
Quizá no. Tratar a un enfermo terminal es siempre tratar a la vez a sus familiares, a sus cuidadores, para evitar que le transmitan sus angustias. Y otra asignatura pendiente de la medicina actual es el duelo: la mitad de los duelos deriva en alguna patología.
.-¿Hubiese usted ayudado a morir al tetrapléjico Sampedro?
Yo ayudo a vivir al que va a morir, no a morir al que puede vivir. Sampedro no quiso, quiso suicidarse: no era un caso para mí.
.-¿Acaso no es la medicina paliativa una eutanasia ("buena muerte")?
Los enfermos dicen: "¡Yo no quiero vivir así!". Bien, cambiemos el "así", ¡y entonces el 99% quiere seguir viviendo! Con más recursos en medicina paliativa, el debate sobre la eutanasia devendría residual.
.-Una dosis muy alta de morfina ¿mata?
Le sedará, disminuirá sus constantes: moriría usted igual, pero así será más plácido.
.-¿Aprende usted algo de sus pacientes?
Sí: el valor de expresar las emociones, el valor de reconciliarse, el valor de cinco minutos... ¡Ellos son mis maestros! Lo que aprendo de ellos me capacitará un día para aprobar mi propio examen final.
.-¿Cómo enfrentará usted su final?
¡Intentaré que la muerte me encuentre bien vivo!
Este es un tema muy difícil de comentar ya que hoy en día en la sociedad hay una gran discusión si dejar vivir a esas personas o no, pero claro quienes somos nosotros para decidir ¿quien vive o quien debe morir? Esa es una pregunta para la que no encuentro una solución. Quizás es más fácil dejarlos morir porque nos quitaremos un cargo de encima y nos consolamos diciendo que ellos descansaran. Pero ¿es eso lo que ellos quieren? O ¿quieren poder ser atendidos? Ahí dejo esas preguntas abiertas
ResponderEliminarJavier, cuando abordamos la tarea de comentar un texto, casi siempre topamos de entrada con una primera dificultad: entender bien lo que dice el texto, dejando aparte nuestras creencias, opiniones, etc.
ResponderEliminarHay textos más fáciles y otros más dificultosos que nos exigen un mayor esfuerzo.
Este texto puede tener cierta dificultad si no se tiene muy claro tres conceptos: “enfermo terminal”, “cuidados paliativos” y “eutanasia”.
Por esto, creo que el texto se te haría mucho más comprensible si investigaras:
a) Qué es “un enfermo terminal”, teniendo en cuenta que no siempre éste quiere morir (sólo quiere que le alivien el dolor).
b) Qué es la eutanasia (que no siempre implica que el que la solicita sea un enfermo terminal).
c) En qué consisten los cuidados paliativos (que el autor del texto lo explica muy bien, pero que por tu parte puedes ampliar la información).
Tu comentario, no obstante, aborda una perspectiva muy interesante: la responsabilidad, sensibilidad y sentimiento de culpabilidad de la sociedad frente a los enfermos terminales. Es un tema que no se puede separar de la cuestión que plantea el texto, por lo cual me parece muy bien que la hayas señalado, como también "las preguntas abiertas" que nos has dejado.
¿Sabes?, me gustaría que, una vez que hayas investigado sobres los tres conceptos (a, b y c) que te he planteado, releyeras el texto del autor y volvieras a comentarlo. Estoy seguro que ya no verías tanta dificultad en hacerlo porque lo entenderías con mayor claridad. ¿Harás el intento? Es algo que me gustaría.
Parte ortográfica:
"quien o quienes", cuando tiene una intención interrogativa, siempre se acentúan.
"...pero claro quienes somos nosotros para decidir ¿quien vive o quien debe morir? = pero claro, ¿quiénes somos nosotros para decidir quién vive o quién debe morir? (Fíjate también en cómo he puesto los interrogantes que en tu comentario faltaban).
Bueno, Javier, un saludo y espero que hagas este esfuerzo de profundizar en estas cuestiones que te he señalado. Recuerda que es por ti.
Un saludo.
Quienes defienden la eutanasia sostienen que la finalidad del acto es evitarle sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de la vida a un enfermo, presentando tales situaciones como «contrarias a la dignidad». También sus defensores sostienen que para que la eutanasia sea considerada como tal, el enfermo ha de padecer, necesariamente, una enfermedad terminal o incurable, y en segundo lugar, el personal sanitario ha de contar expresamente con el consentimiento del enfermo
ResponderEliminarEnfermedad terminal es una enfermedad incurable.
Los Cuidados paliativos son las atenciones, cuidados y tratamientos que se dan a los enfermos en fase avanzada y terminal con el objeto de mejorar su calidad de vida.
Esto es lo que he entendido de los conceptos que me pediste buscar y creo que he entendido mejor el texto porque no se refiere a que las enfermedades terminales tengan que ir ligadas a la eutanasia sino que los cuidados paliativos pueden ayudar a que los enfermos terminales tengan una vida mejor mientras esta dure, y que no solamente tiene que ser ganar a la enfermedad si no por el contrario si no se puede ganar intentar que ese enfermo tenga una vida agradable
Muy bien, Javier. Ya veo que te has sabido manejar estupendamente para buscar una informacíón básica sobre los tres conceptos que sugerí que te informaras.
ResponderEliminarLa conclusión que has sacado también es correcta: enfermedad terminal y eutanasia no tiene por qué estar relacionadas. En cambio, el enfermo terminal siempre debería recibir todos los cuidados paliativos que necesitara.
Una cosa interesante es diferenciar el objetivo de la eutanasia (una muerte digna por decisión del propio enfermo) y el de los cuidados paliativos (una vida digna, exenta de un innecesario dolor, mientras ésta dure). Son dos enfoques diferentes. Ambos respetables, aunque la eutanasia está lleno de contraversias ya que ayudar a vivir es muy distinto a ayudar a morir. Aquí entran las creencia éticas, morales o religiosas de cada persona, lo que dictamina la ley, etc...
Por último, Javier, decirte que informarse sobre cualquier asunto es un requisito necesario, pero luego uno debe reflexionar y sacar su propias conclusiones. Quiero decir que la información es tan sólo eso: información. Y la puedes encontrar de todos los colores. Lo importante es irse formando una opinión propia, nunca cerrada, sino abierta al debate con otros puntos de vista. Es decir: la información es sólo el primer escalón de una interminable escalera que a medida que la ascendemos nos va acercando al verdadero conocimiento. Por tanto, para tu interés, quédate con esta regla: informarse es necesario, pero no suficiente. Lo importante es qué hacemos con esa información. ¿Nos la creemos? ¿La reflexionamos? ¿La contrastamos con otras informaciones distintitas y hasta contrarias? Es en este punto donde empieza el verdadero trabajo.
Un saludo, Javier.