miércoles, 10 de marzo de 2010

*¡Domestica tu mente!

Sogyal Rimpoché, nació en Khan, en el Tibet oriental y es uno de los lamas más conocidos en el mundo occidental y en esta entrevista conoceremos un poco más de su pensamiento…
Hay dos aspectos básicos que el lama Rimpoché destaca en la entrevista: lograr mantener la mente en calma, alejada de los apegos y los deseos, y preocuparnos por el resto de seres humanos. Fórmula para la felicidad para la que contamos además con una herramienta inestimable como es la meditación. Sólo falta que nos convenzamos del todo…

.-¿Por qué interesa tanto el budismo en Occidente?
Porque los occidentales no son tontos, claro.

.-¿Y qué vemos en el budismo?
Ustedes han visto ya cuánto sufrimiento mental padecen, y están descubriendo que el budismo puede ayudarles.

.-¿Sufrimiento mental?
Depresión, neurosis, infelicidad… ¿Por qué? ¿Por qué, si disponen de tanta riqueza, avances, tecnología, confort…?

.-Quizá porque todavía queremos más.
Vivirá en el mejor sobreático del mejor edificio sobre el Central Park… y se tirará por la ventana. ¿Por qué? Porque la felicidad sólo está en la mente. Todo está en los pensamientos. ¡Es la mente la que crea el mundo!

.-¿Mi felicidad depende de mi mente?
Sí: sufrimiento y felicidad son creaciones mentales. Por eso la enseñanza principal del budismo es ésta: “¡Domestica tu mente!”.

.-¿Y en qué consiste eso?
En conquistar la mente: el budismo enseña a entrenarla para aplacar emociones negativas, angustia, descontento, infelicidad…

.-¿Sufrimiento, en suma?
Sí. Entrenando la mente, es posible llegar al extremo de que cualquier suceso deje de parecerte adverso… para ser una bendición.

.-¿Hasta ese punto? ¿Cómo conseguir eso?
A mí me ayudó esta frase que leí hace 30 años: “El agua, si no la remueves, se vuelve clara”. Pues bien, la mente es como el agua. No hay que removerla. La enturbian los pensamientos. Una mente calma es un cielo azul: los pensamientos son las nubes que lo tapan. ¡No te identifiques con esas nubes, y busca ver el cielo!

.-Difícil: la vida es complicada y hay que darle tantas vueltas al coco…
¿Sí? “Todos los problemas del ser humano derivan de su incapacidad de sentarse solo en una habitación”, escribió Pascal…

.-Pero consuela tanto estar distraídos…
Nos distraemos de nosotros mismos con pensamientos: son astucias del ego que nos apartan de nuestra esencia, son falsas visiones a las que nos aferramos, nos apegamos.

.-¿Tanto nos autoengañamos?
Escuche este cuento que narró Buda: Un mercader tenía una bella esposa y un hijo pequeño. La esposa enfermó y falleció, y el mercader cifró toda su felicidad en ese niño. Mientras estaba en un viaje, unos bandidos asolaron la aldea y se llevaron al niño. A su regreso, el mercader vio un cuerpo de niño calcinado y lo tomó por el de su hijo.

.-Pobre hombre, cuánta desgracia…
Practicó una ceremonia de cremación del hijo, y conservó las cenizas en una bolsita de seda. Trabajaba, comía y dormía aferrado a la bolsa y a su desesperación, llorando…

.-Comprensible…
Un día su hijo escapó de los bandidos y llamó a la puerta del padre. Era medianoche y el padre sollozaba junto a las cenizas. “¡Soy yo, papá!”, gritó el hijo. El padre pensó que alguien le gastaba una broma cruel, y no abrió. El hijo llamó cien veces, inútilmente, hasta que se fue. ¡Nunca volvieron a verse!

.-Ya veo: nos apegamos a nuestra verdad...
...y no sabemos dar la bienvenida a la verdad en persona cuando llama a la puerta.

.-Pues ayúdeme a estar abierto y alegre.
Cada vez que vea o hable con otra persona, piense que esa persona es usted.

.-Buen ejercicio. Y difícil.
Entrene su mente en eso. Verá qué bien.

.-¿Y si yo me odio? Odiaré a todos, pues.
Haga este ejercicio: inspire, y a cada inspiración imagine que recoge usted todo el dolor, desgracia, angustia y sufrimiento de los otros; y espire, y a cada espiración difunda hacia los otros bondad, consuelo, amor.

.-¡Se supone que el que estaba mal era yo!
Precisamente: tus males derivan de preocuparte tanto de ti mismo, del yo, yo, yo…

.-Pero si estoy sufriendo yo…
Yo, yo… ¡Ábrete al sufrimiento de los otros!: eso es la compasión. Y empieza a meditar: quieto, concéntrate en tu respiración, obsérvala, eso sosegará tu mente. La práctica de la meditación conduce a la paz interna.

.-La panacea, lo que todos buscamos…
Lo que te digo no es cuestión de fe: te bastará con probarlo y saborearlo por ti mismo.

.-¿Qué tipo de paz interna es esa?
La falacia del ego se disuelve, las emociones negativas pasan… Eso es la sabiduría: como la compasión, está también dentro de ti.

.-¿Basta con ponerse a meditar?
Poquito a poco… Pero si lo intentas, te llenará de tanta alegría y fuerza que querrás seguir. Hoy los estudios médicos ya han probado los múltiples beneficios psicosomáticos de la meditación (sabiduría) y del amor (compasión): el ritmo cardíaco se equilibra, el sistema inmunológico se refuerza…

.-La humanidad insiste en la barbarie, Occidente en especial: ¡no somos tan inteligentes!
Sí, sí lo sois, pero sucede que aún ponéis la inteligencia al servicio de la ignorancia.

.-¿Qué ignoro?
Que puedes tomar la decisión de ser feliz.

.-Pero hay dolor, sufrimientos, heridas…
Sí, pero ¡no te dejes engañar por todo eso, no te identifiques con eso! Ésa es una visión errónea, ignorante.

.-No es nada fácil.
Si hace mucho que no te duchas, al hacerlo saldrá mucha mugre y te asustarás. Si perseveras, el agua saldrá limpia. Persevera.

.-Ustedes no le piden nada a Dios, veo…
A la sabiduría y a la compasión que palpitan dentro de ti podrías llamarlas Dios.

.-¿La humanidad será divina un día?
Un día, dentro de muchos eones…

(Entrevista publicada en "La Contra" de La Vanguardia).

8 comentarios:

  1. Irene García Fernández 4ºC11 de marzo de 2010, 22:47

    Hola Carmen
    No estoy muy de acuerdo con que la felicidad depende de tu mente, la felicidad es como un estado de ánimo ideal ¿no? Pero no es tu mente la que controla todo, hay a veces que en tu felicidad influyen otros factores externos, que te afectan y repercuten en tu felicidad.
    Estoy de acuerdo con la histórica del padre y del hijo, muchas veces no vemos la realidad y nos escondemos en nuestra propia verdad, sin ver la verdad verdadera, nos autocegamos y no vemos más allá de lo que queremos ver. Por otro lado, creo yo que para nuestra propia felicidad hay que pensar, obviamente,¡en nuestro yo! No creo que pensar en nuestro yo nos haga mal, el mal nos lo haría si no pensasemos en nosotros, porque nos tenemos que cuidar, tenemos que estar felices con nosotros mismos como para desprender esa felicidad hacia los demás

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  2. Hola Irene:

    Todo texto debe ser entendido dentro de su contexto, es decir: el término “mente” no siginifica lo mismo en boca de un psicólogo o psiquiatra, que en la de un biólogo o un budista. Así que lo primero que toca averiguar es qué siginifica “la mente” en la filosofía budista.

    En cualquier caso, todos los pensamientos y emociones pasan y son filtrados por el cerebro. Por tanto, todo lo que experimentamos es “traducido” por el cerebro en algún tipo de emoción que la memoria (que es el disco duro del cerebro) determina. Todas las experiencias que vivimos dejan en nosotros su huella, o su trauma, y a partir de ellas actuamos o sentimos las diferentes emociones. En definitiva, todo pasa por comprender qué es la mente y domesticarla. ¿Desde dónde? Desde el “yo”.

    El “yo” es otro término que hay que interpretar bien. Hablamos del ego. El ego es el mal del mundo, porque se opone a una verdad: cada individualidad forma parte de un gran todo. Todos formamos parte de una misma energía. Y el mundo no puede ser feliz si una parte sufre miseria y dolor, del mismo modo que la totalidad de tu cuerpo no se siente bien si te duele una parte de él, ya sea una muela o el estómago.

    Soy consciente que el texto requiere cierto esfuerzo para ser comprendido. Pero pienso que no es malo incluir textos que exijan un mayor esfuerzo para ser comprendidos.

    Tienes mucha razón en que es necesario ser felices con nosotros mismos para poder desprender esa felicidad hacia los demás. Pero para ser felices, tenemos que dominar nuestro ego y dirigir nuestro amor hacia los otros. El sólo “yo, yo, yo...”, es egoísmo. Y el egoísmo no es amor...

    Un saludo.

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  3. silvia moreno córdoba 4eso A12 de marzo de 2010, 15:48

    La felicidad es un estado profundo y estable. Por ejemplo; si nuestra mente está pensando aspectos negativos, no podemos ser felices.

    La mente controla todo, situaciones, pensamientos...
    y depende de la manera que miremos las situaciones, nos afectaran én nuestra vida.
    Pongo un ejemplo:
    Si una persona que tiene un examen, estudia, pero va pensando que el examen no le va a salir bien, dificilmente le podrá salir bien.

    Ya que va con la idea, de que para que se va a esforzar si le va a salir mal.
    Y eso nos ocurre con la mente, si pensamos que todo lo que nos ocurre, nos va a salir mal, nunca vamos a poder ser felices.

    Por otra parte, para ser felices no tenemos que mirar nuestro yo. Simplemente intentar crecer centrandonos en los aspectos positivos, y no dando tanta importancia a los negativos.

    Así nosotros podemos ser felices y las personas que nos rodean también.
    Por ejemplo:
    Si una persona piensa que todo en la vida le va a salir mal, termina por aburrir a todas las personas de su alrededor. Y eso, a las personas que le quieren, les duele.

    Pero si en cambio piensa que con esfuerzo puede conseguir sus logros, las personas que le rodean van a tomar su ejemplo y van a poder ser felices.

    El texto es muy difícil de comprender, pero yo me he basado en si la mente controla nuestra felicidad.

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  4. Hola Carmen, yo cada día voy pensando que la felicidad mucho tiene que ver con la manera de afrontar las cosas que te vienen...
    Las puedes afrontar mal, cabreado, sin confianza en ti mismo o alegre, confiante en ti mismo y bien.

    Varía mucho como te enfrentas a las cosas, lo he experimentado y me he dado cuenta...
    Creo que hay que coger los problemas, perdonen por poner las cosas, queda mejor poner los problemas, es mejor afrontarlos de frente, no de lado o huir, porque eso a la larga no trae nada bueno...

    Bueno, Un Saludo

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  5. Es verdad, Silvia, que no es un texto sencillo, pues sus ideas están enraizadas en la filosofía budista, muy distinta a nuestra mentalidad occidental. Pero bueno, se pueden captar ciertas cosas que parecen lógicas.

    La dificultad, cuando afirmamos que la mente lo controla todo, surge enseguida: ¿Y quién controla a la mente?
    Por esto, el autor nos dice que debemos aprender a domesticarla, para que no actúe como un déspota que nos imponga sus dictados.

    También nos indica cómo hacerlo: a través de la meditación y del control del ego. Con estas indicaciones, si alguien quiere, puede profundizar más en esta cuestión importante en sí misma, ya que se trata de alcanzar un estado de paz interior y de sabiduría. Es un camino. No el único. Hay otros. Pero al final todos confluyen en el mismo lugar.

    Rebajando un poco el “tono filosófico” del texto, podríamos concluir en que la actitud que mantenemos frente a la vida es muy importante.

    Si somos positivos las cosas siempre nos irán mejor, porque nuestra actitud influye en el entorno en que vivimos. Esto es una realidad. El mundo cambia, si nosotros cambiamos, y, a la vez, este cambio del mundo nos cambia a nosotros. Todos, seres y naturaleza, somos como un mismo organismo y estamos inexorablemente relacionados.

    Parte ortográfica:

    -“… para que se va a esforzar…”.(Este “para qué” es interrogativo, por tanto va acentuado).

    - “nos afectaran én nuestra vida”. (nos afectarán en nuestra vida… aquí me parece que es un descuido por no repasar el escrito).

    -dificilmente (Es palabra esdrújula, por tanto va acentuada: difícilmente).

    -centrandonos (Lo mismo: “centrándonos”).

    Bueno, Silvia, estamos de acuerdo en que una actitud positiva es muy importante para vivir una vida más constructiva y satisfactoria. Eso es lo importante.

    ¡Buen fin de semana!

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  6. Hola, Jorge:

    Estoy totalmente de acuerdo con tus palabras. La actitud frente a lo que nos sucede marca nuestra reacción emocional y determina nuestra respuesta.
    Por eso es importante afrontar la vida con un talante positivo, que siempre da su fruto y mejora no sólo la situación, sino sobre todo nuestra calidad de vida.

    Una mente calmada siempre reporta bienestar físico y emocional e impregna de positividad a los que nos rodean. Y eso nunca puede ser malo.

    Un saludo y ¡feliz domingo!

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  7. Sufrimiento mental, es normal que lo tengan, están acostumbrados a tener de todo y, con tal que les falta algo, ya se vienen abajo. Al contrario de una persona que no tiene nada, un día le regalas una pelota y es la más feliz del mundo. La sociedad materialista en la que vivimos, hace que nos volvamos egoístas y pidamos cada vez más y más.

    La mente es muy poderosa, nos puede atormentar de la misma forma que nos puede ayudar a conseguir la felicidad. Es importante que desde el primer momento, la tengas bien enseñada y no la llenes de caprichitos inútiles que la puedan crear dependencia. Debes tratarla como a otra persona; cuidarla, respetarla y no bloquearla con pensamientos absurdos y ella hará lo propio.

    Si la tienes enseñada a acabar con los pensamientos negativos, a condurar los positivos y a sacar una enseñanza de todo lo que te ocurra, yo creo que no debería haber problema alguno.

    Nunca tenemos que subestimar el poder de nuestra mente, en cualquier momento nos puede jugar una mala pasada. Te monta una película de tal manera que te engaña, te confunde, y no sabes en qué pensar.

    Un saludo.

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  8. Moisés, tu texto en sí mismo es muy razonable y reitera sobre verdades ya conocidas, pero aún así válidas.

    Yo creo que la mejor respuesta que puedo darte es remitirte a la que en su momento di a Irene Garcia Fernández, que es el primer comentario que se hizo de este mismo texto.

    Es muy importante situar lo que leemos en su contexto, ya sea cultural o histórico, para, primero comprenderlo bien, y luego poder comentarlo desde un "lenguaje común".

    Moisés, tienes mucha capacidad de anális, pero si olvidas el contexto en el que el objeto de tu análisis se ha forjado, tu reflexión perderá rigor. No podemos analizarlo todo desde nuestra cultura y nuestros valores occidentales. La "mente" en la filosofía budista, no significa lo mismo que en nuestra cultura occidental. Ni siquiera dentro de nuestra cultura, el término "mente" tiene la misma significación en boca de un psicólogo, que de un filósofo, de un biólogo, o de un entrenador de deportistas de élite.

    Es algo complicado, lo sé. Por esto reitero que leas mi respuesta a Irene Fernandez, porque también te servirá a ti.

    Esto aparte, tu comentario no dice ninguna tontería, al contrario. Es sólo que está hecho desde otra onda distinta a la texto. Y lo que me interesa que entiendas es que texto y contexto son inseparables. Es como el fondo y la forma de las cosas: una manzana tiene su fondo, su esencia: olor, sabor, proteinas, composición bio-química, etc, pero también su forma de manzana, que, al igual que su esencia, es distinta a la de una pera o un plátano.

    Fíjate si es importante el contexto que, como dijo Ortega y Gasset, "el hombre es él y sus circunstacias". Esto significa que no es concebible un hombre sin el lugar donde nació, sin los padres que tuvo, si los tuvo, sin su biografía, sin el entorno social y cultural en el que vive o vivió, etc...

    Pues lo mismo que pasa con un hombre, pasa con un texto. No podemos entenderlo enteramente descociendo u obviando su contexto: cuando, dónde y en que circuntancias histórico-culturales fue escrito...

    Para finalizar, decirte que me ha sorprendido muy positivamente el uso del verbo "condurar": hacer durar una cosa. Un toque etimológico de calidad.

    Un saludo, Moisés.

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