Escuchas crecer una flor,
no te importa que suene un motor,
siempre hay agua al llover,
si hay incienso hay olor,
escuchas crecer una flor.
Un perro te ladra y da igual,
no hay grito que rompa tu paz,
porque puedes huir
como el agua en la cesta,
viviendo tu vida en color.
Y coleccionas
las flores del otoño,
pétalos de un bosque que murió,
Y al borde del invierno,
tus libros se hacen viejos,
y tú te consigues dormir
sobre un suave algodón.
Metida en el cálido olor
del invierno en tu cama,
besando tu piel,
y esperas la vuelta del sol.
Y das en un segundo,
la vuelta al mundo,
y pides que te espere a cenar.
Y un año es una hora,
porque no lo valoras,
cuando estás oyendo a una flor,
cómo crece una flor,
no importa que suene un motor.
Cuando tú no me encuentres
es que estoy junto a ti,
queriendo aprender a vivir.
Francis Cabrel, nacido en 1953 es un cantautor y guitarrista francés de ascendencia italiana.
Comenzó a componer con 16 años como hobby influenciado por cantantes como Bob Dylan.
Lo expulsaron del instituto por problemas de disciplina y encontró trabajo en una zapatería, trabajo que dejó por la música, empezando a tocar en pubs y bares, presentándose a concursos y finalmente grabando discos.
Felizmente casado y padre de tres hijas, afirma que el amor por la guitarra siempre será su primer amor.
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