jueves, 6 de mayo de 2010

*Una persona Down en tierra de nadie (II)

.-¿Hasta dónde es posible la normalidad del amor en una persona con síndrome de Down? ¿La cuestión afectiva-amoroso-sexual es una de las asignaturas pendientes?
Sobre la vida afectiva, creo que la mayoría de la gente tiene unas teorías sobre la sexualidad de las personas con síndrome de Down bastante curiosas. Piensan que no tenemos las mismas necesidades. Y también puede que pregunten por simple morbo. La verdad es que hay demasiados prejuicios, tanto sobre el desarrollo cognitivo de las personas con síndrome de Down, como sobre su sexualidad. Esa visión social de que hay dos desarrollos, dos aprendizajes, dos sexualidades... finalmente termina repercutiendo negativamente en los diferentes aspectos de nuestra vida: el desarrollo cognitivo, la sexualidad, y todos los demás. Estos temas pertenecen a nuestra intimidad, nosotros también tenemos intimidad. No son conscientes de que la invaden, porque creen que no la tenemos. Me molesta. Y me callo.

.-¿Hasta qué punto se siente libre, autónomo y feliz?
Libre, libre... ¿Hay alguien completamente libre? Yo no me siento totalmente libre. Feliz, por supuesto. Estoy muy feliz con todo lo que me ha tocado vivir, aunque quede algo por conseguir. Sería completamente feliz si todo lo que hemos dicho cristalizara en un cambio, reflejado en todos los aspectos de los que hablamos: afectivo, laboral, social... ¿Autónomo? Es verdad que no lo soy del todo. Hasta que no sea independiente, no seré totalmente autónomo, y para eso se requiere una enseñanza más profunda. Ese es el punto más duro, yo creo que mis padres todavía no confían en que yo pueda ser independiente. Ni libre. Como persona con todos los derechos, mi deseo sería no ser noticia…Ya no queremos ser noticia.

.-Algún recuerdo especialmente agradable de su trayectoria escolar.
Sí hay uno especialmente agradable. Fue cuando terminé COU. En el instituto es costumbre dar premios a los chicos que han destacado y era curioso porque la mayoría eran chicas, sólo había dos chicos, y uno era yo. Cuando el día de la entrega de premios, pronunciaron mi nombre, yo me fui al escenario, y vi la reacción de todos los chicos y las chicas que llenaban el salón de actos, fue abrumador, todos jaleándome, diciendo mi nombre, gritándome: torero, torero…, aquello era un valle de lágrimas, mi madre me cuenta que no pudo ni levantarse, le temblaban las piernas...

.-Y alguno especialmente duro o desagradable.
El más desagradable… Segundo de BUP. Fue un año en el que me sentía absolutamente solo porque únicamente me relacionaba con una chica, que también estaba considerada como un bicho raro. Nadie nos miraba, nadie nos hablaba. Fue un sentimiento de apestado constante. Para mí fue muy duro. Se acabó el curso, pasé a 3º con otros estudiantes, y todo cambió. Pero en 2º no tiré la toalla por los pelos, y sin que nadie supiera nada, ni mis padres. La profesora de apoyo, María José, a la que debo muchísimo, fue la única que veía el ambiente, que la gente estaba en un lado, y nosotros en el otro extremo. Ella se nos acercaba, pero para ella también fue duro, porque recibía un poco la presión del resto de chicos.

.-¿Esta actitud era sólo de sus compañeros o usted también intentaba aislarse?
Creo que el rechazo era mutuo. Ellos no hacían nada por acercarse, pero yo tampoco. No me gustaba estar con ellos.

.-¿Alguna teoría pedagógica que lo haya impactado especialmente?
Uno de los autores que conocí fue Vygotsky. Me gustó mucho porque primaba lo social y lo cultural. Pensé que, por fin, alguien se daba cuenta de la importancia que tiene la sociedad. Cuando habla de la influencia del aprendizaje en el desarrollo, cuando habla de la influencia de lo cultural, descubrí que lo que sé no es sólo producto de lo que yo he aprendido, sino también de la interacción con los demás; que lo que soy es producto, más que de lo biológico, de mi entorno social; que he podido adquirir conocimientos gracias al lenguaje y a la ayuda de los demás. Esto me parecía muy importante, y se ha confirmado en mí, porque yo puedo aprender siempre que los contextos me ayuden.

.-¿Y una película?
En El club de los poetas muertos descubrí que un profesor, cuando quiere de verdad, estimula a su alumnado, y de ello resulta algo positivo. Me gustó mucho esta película.

.-¿Qué cualidades debe tener un buen maestro?
Primero, que le guste enseñar. Si no, no tiene nada que hacer. Que se sienta cómodo con los chicos, que lo exprese a la hora de enseñar. Cuando llega un profesor gruñón, no se crea un buen feeling. Segundo, que, además, motive y sea ameno, divertido, imaginativo y creativo. Tercero, que no crea saberlo todo, que no se sitúe por encima de sus alumnos, que crea que puede aprender con ellos. Cuarto, que trabaje, que se forme, que investigue. Quinto, que se adapte a las distintas realidades de sus alumnos. Sexto, que enseñe pensando que hay distintos estilos, ritmos y formas de aprendizaje. Y, por último, que sea vocacional, creativo, humilde, flexible de pensamiento…

.-¿Qué le falta y qué le sobra a la escuela actual?
Le sobran contenidos, asignaturas, y le falta educación en valores. No enseñar, sino vivir los valores. La variedad enriquece, supone un reto para el profesorado, no es un problema, el problema está en la mentalidad del profesorado acerca de esa pluralidad, no en la pluralidad en sí, que hace a la escuela mucho más dinámica, y la enriquece.

.-Una opinión sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía y sobre la educación en valores.
Tiene que haber asignaturas que formen en valores, pero no se trata de estudiarlos en asignaturas, sino de que los vivan los propios profesores que las imparten. Si no los vives, no es fácil enseñarlos. Había una asignatura que me gustaba porque hablábamos sobre los valores. Era en Teoría de la Educación.

.-¿Qué valores sociales están más en crisis en nuestra sociedad, y por tanto, deberían trabajarse prioritariamente en la escuela?
Estamos en crisis social, la solidaridad está en crisis, vamos al yo, no al nosotros. Un poco también la tolerancia, no somos tolerantes, siempre estamos agrediendo, presionando, no somos capaces de aceptar a las personas tal y como son. El espíritu de ayuda también está en crisis.

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