.-¿El psicoanálisis enseña algo sobre el amor?
Mucho, pues es una experiencia cuyo resorte es el amor. Se trata de ese amor a menudo inconsciente. El amor lo dirigimos a aquel que pensamos que conoce nuestra verdad y nos puede ayudar a encontrarla soportable, aunque de hecho es muy difícil de soportar.
.-¿Entonces, qué es verdaderamente amar?
Amar verdaderamente a alguien es creer que amándolo, se accederá a una verdad sobre sí mismo. Amamos a aquel o a aquella que esconde la respuesta, o una respuesta, a nuestra pregunta: "¿Quién soy yo?"
.-¿Por qué algunos saben amar y otros no?
Algunos saben provocar el amor en el otro, los “serial lovers”, si puedo decirlo, hombres y mujeres. Saben qué botones apretar para hacerse amar. Pero ellos no aman necesariamente, juegan más bien al gato y al ratón con sus presas. Para amar, hay que confesar su falta, y reconocer que se necesita al otro, que le falta. Aquellos que creen estar completos solos, o quieren estarlo, no saben amar. Y a veces, lo constatan dolorosamente. Manipulan, tiran de los hilos, pero no conocen del amor ni el riesgo ni las delicias.
.-"Estar completo solo": solo un hombre puede creer eso.
¡Bien dicho! Amar, decía Lacan, es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar, es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos, es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su "castración", como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Solo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad.
.-¿Es más difícil amar para los hombres?
¡Oh sí! Incluso un hombre enamorado tiene retornos de orgullo, lo asalta la agresividad contra el objeto de su amor, porque este amor lo pone en una posición de dependencia. Por ello puede desear a mujeres que no ama, para reencontrar la posición viril que él pone en suspenso cuando ama.
.-¿Y en las mujeres?
Es menos habitual. Aunque cada vez hay mujeres que adoptan una posición masculina: un hombre para el amor, en la casa, y hombres para el goce, que encuentran en Internet, en la calle, o en el tren…
.-¿Por qué cada vez más?
Los estereotipos socioculturales de la feminidad y de la virilidad están en plena mutación. Los hombres son invitados a alojar sus emociones, a amar, a feminizarse; las mujeres conocen por el contrario un cierto "empuje al hombre": en nombre de la igualdad jurídica, se ven conducidas a repetir "yo también".
Ahora hay una gran inestabilidad de los roles, una fluidez generalizada del teatro del amor, que contrasta con la fijeza de antaño. El amor se vuelve "líquido" constata el sociólogo Zygmunt Bauman. Cada uno es conducido a inventar su propio "estilo de vida", y a asumir su modo de gozar y de amar.
.-"El amor siempre es recíproco", decía Lacan. ¿Aún es verdadero en el contexto actual? ¿Qué significa eso?
Se repite esta frase sin comprenderla bien. No quiere decir que basta con amar a alguien para que ese alguien nos corresponda. Eso sería absurdo. Lo que quiere decir es: "Si yo te amo, es que tú eres amable. Soy yo quien ama, pero tú, tú también estás implicado, puesto que hay en ti algo que hace que te ame. Mi amor dice algo de ti que quizá tú mismo no conozcas”. Esto no asegura en absoluto que el amor de uno sea correspondido con el amor del otro: cuando eso se produce siempre es del orden del milagro, no se puede calcular por anticipado.
.-No encontramos a la persona que amamos por azar. ¿Por qué él? ¿Por qué ella?
Existe lo que Freud llama la condición de amor, la causa del deseo. Es un rasgo particular –o un conjunto de rasgos- que tiene en cada uno una función determinante en la elección amorosa. Esto escapa totalmente a las neurociencias, porque es propio de cada uno, tiene que ver con la historia singular e íntima. Rasgos a veces ínfimos están en juego.
.-Nos es difícil creer en un amor fundado sobre esas naderías.
La realidad del inconsciente supera a la ficción. Usted no tiene idea de todo lo que se funda, en la vida humana, y especialmente en el amor, en bagatelas, en "divinos detalles". Es verdad que es sobretodo en el hombre que encontramos tales causas del deseo, que son como fetiches cuya presencia es indispensable para desencadenar el proceso amoroso. Particularidades nimias, que recuerdan al padre, la madre, el hermano, la hermana, tal personaje de la infancia, juegan también su papel en la elección amorosa de las mujeres. Pero la forma femenina del amor es más erotómana que fetichista: quieren ser amadas, y el interés, el amor que se les manifiesta es a menudo una condición "sine qua non" para desencadenar su amor, o al menos su consentimiento.
.-¡Se tiene la impresión de que somos marionetas!
No, entre tal hombre y tal mujer, nada está escrito por anticipado, no hay brújula, no hay relación preestablecida. Su encuentro no está programado como el del espermatozoide y el del óvulo; nada que ver tampoco con los genes. Los hombres y las mujeres hablan, viven en un mundo de discurso, es eso lo que es determinante. Las modalidades del amor son ultrasensibles a la cultura ambiente. Cada civilización se distingue por el modo en que estructura su relación entre los sexos. Ahora, ocurre que en occidente, en nuestras sociedades, a la vez liberales mercantiles y jurídicas, lo "múltiple" está en camino de destronar el "uno". El modelo ideal de "gran amor para toda la vida" cede poco a poco el terreno a las experiencias rápidas, sin compromiso, en una profusión de escenarios amorosos alternativos, sucesivos, incluso simultáneos.
.-¿Y el amor eterno?
Balzac decía: "Toda pasión que no se crea eterna es repugnante". ¿Pero el vínculo puede mantenerse toda la vida en el registro de la pasión? Cuanto más se consagra un hombre a una sola mujer, más tiende ella a tomar para él una significación maternal. "El mejor destino del amor conyugal es la amistad", decía en esencia Aristóteles.
.-El problema, es que los hombres dicen no comprender lo que quieren las mujeres, y las mujeres, lo que los hombres esperan de ellas.
Sí, lo cual parece una objeción a la solución aristotélica. “El diálogo de un sexo con el otro es imposible”, suspiraba Lacan. Los enamorados están condenados a aprender indefinidamente la lengua del otro, a tientas, buscando las claves, siempre revocables. El amor semeja un laberinto de malentendidos cuya salida parece no existir.
Totalmente de acuerdo.Todos los seres humanos hemos llegado a amar en algún momento pero, no igual.
ResponderEliminarYa que para mí, los hombres no se enamoran igual que lo hacemos las mujeres.
Amar, según el autor es tratar de buscar una respuesta a nuestra pregunta.
Pero para mí, amar también requiere un respeto, una confianza, una lealtad y sobre todo sinceridad.
El amor no se busca, si no que llega en algún momento de la vida.
Respecto a la opinión de que las mujeres están adoptando una actitud masculina, no estoy de acuerdo.
Las mujeres siempre hemos sido mas enamoradizas, y en el amor no nos comportamos de igual manera que los hombres, ya que pensamos con el corazón. Nos ilusionamos más facilmente que los hombres.
Y no necesitamos encontrar a otro en internet, en la calle... porque ya tenemos a quién amamos con nosotras.
La mayoría de las mujeres somos así, aunque también hay excepciones.
No creo, Silvia, que nadie ame igual, ni en forma ni en intensidad. Pienso que cada cual es un misterio único que busca ser desvelado, y eso no puede ocurrir más que a través de una verdadera relación de amor con otro.
ResponderEliminarSe podría decir que todos somos, a la vez, llave y cerradura para alguien. Se trata de dar con esa persona cuya llave encaje en nuestra cerradura, al tiempo que la nuestra sea la adecuada a su llave. Entonces, dos puertas, antes cerradas, se abrirán…
¿Prácticamente un milagro? Pues sí. Pero eso es lo que dicen que es el amor. La buena noticia es que los milagros ocurren a diario, sólo que no los vemos, tal vez porque hemos perdido un poco la fe en ellos.
Hay que aceptar que los roles del hombre y de la mujer han cambiado mucho en las últimas décadas; se diría que han perdido su contraste diferenciador, que se han desdibujado un poco.
Quizás, el cambio más importante se haya dado en la mujer con su salida al mundo laboral. También la posibilidad del divorcio que ya no la atan de por vida a un hombre no amado; el control de la natalidad a través de los anticonceptivos que han desinhibido, además, las relaciones sexuales, y tantos otros aspectos…
Está claro que vivimos tiempos confusos, y que, más que nunca, hay que tener la cabeza muy clara y el corazón abierto e ilusionado. Al fin y al cabo, la vida siempre ha estado llena de razones para penar y de razones para vivir la alegría. Y podemos elegir.
(Silvia, ya casi no te puedo corregir en el aspecto gramatical. Hoy sólo dos cositas: “más” cuando significa lo contrario de “menos” lleva acento, al igual que “fácilmente”).
Muy interesante tu comentario. Un día habría que debatir este tema en clase.
Silvia ha dicho que los hombres no se enamoran igual que las mujeres. No estoy de acuerdo con ella,pienso que cuando se enamoran, si que pueden amar tanto como lo puede hacer una mujer, incluso más ( en cuanto a intensidad ), lo que les pasa, es que su ego masculino, y su orgullo de hombre, les puede, y por esto no demuestran lo que sienten, porque enseguida que lo hacen, su entorno ya les está diciendo que si son unos "calzonazos", que si " estan manejados" etc...
ResponderEliminarDesde mi punto de vista, la culpa de esto, la tiene la sociedad en la que vivimos. A la cual nada gusta y todo critica.
Hola, Bea:
ResponderEliminarComo ya dije a Silvia en respuesta a su comentario, este tema da para un buen debate ya que en él confluyen muchos condicionantes: sociales, culturales y hasta generacionales, sin contar con el carácter y la biografía particular de cada persona, el ejemplo de amor que ha tenido en casa, cómo se han querido sus padres entre sí, cómo lo han querido a él, etc…
Así que me limitaré a comentar lo que tú planteas:
Yo, sinceramente, pienso que ambos géneros tienen la misma capacidad y necesidad de enamorarse y amar, y, naturalmente, de ser amados.
Es verdad, que los chicos, a una determinada edad en la que aún se están desarrollando, suelen crear vínculos más fuertes con su grupo de colegas, que con una chica por la que se puedan sentir atraídos, y que la influencia del grupo sobre él suele ser mayor que la que pueda ejercer esa muchacha.
La explicación a esto podría estar en que, por lo general, una chica de 17 o 18 años es emocionalmente más madura que un chico de la misma edad.
Pero esto es un proceso normal que luego pasa, y al cabo de un tiempo ambos géneros se igualan en madurez.
Es entonces cuando el chico, ya desligado de la gran influencia del grupo, ha seleccionado sus amigos y ya tiene la seguridad y determinación suficiente para establecer relaciones por su cuenta sin necesitar la “aprobación” de nadie.
Parece claro que si un hombre de 25 o 30 años aún se halla bajo la influencia de un grupo que aprueba o desaprueba sus elecciones afectivas, esta persona se ha quedado anclada en la adolescencia. Y seguro que encontramos muchos “eternos adolescentes” entre los hombres; pero, aunque posiblemente menos, también encontraríamos personalidades inmaduras entre las mujeres.
En conclusión: en circunstancias normales, tanto el hombre como la mujer tienen la misma capacidad de dar y de recibir amor.
Un saludo, Bea.
Yo también estoy de acuerdo con mi compañera
ResponderEliminarBea,tanto los hombres como las mujeres si que se pueden enamorar de la misma forma,al igual que también un hombre se puede enamorar más que una mujer.Pero como dice Bea muchas veces se guardan sus sentimientos por lo que pueda pensar la gente,por que a la mayoría de los chicos de ahora se guían mas por las cosas que le pueden decir sus amigos que por sus sentimientos.
Pero algún día yo pienso que se darán cuenta y cambiaran de opinión.
Hola, Ana:
ResponderEliminarcomo tu opinión respecto a este tema es idéntica a la de Bea, creo que mi respuesta a su comentario también sirve para el tuyo.
Esto no quita que (como dice Silvia) haya casos en los que la mujer ama de un modo más profundo y entregado que el hombre; pero también habrá casos en los que ocurre al revés. Por esto no podemos sacar una ley general que diga que tal género es más capaz de enamorarse y de amar que el otro.
Veo, Ana, que redactas muy bien. Sólo quiero sugerirte una cosa: después de una "coma", un "punto y seguido", y signos similares, debes dejar siempre un espacio.
De este modo, las frases no se amontonan, el texto "respira", y se lee con mayor facilidad. Por lo demás, perfecto.
Un saludo.
No puedo te lo digo de verdad con la gente que dice que las mujeres aman más que los hombres, vaya cosa absurda. Estamos viviendo en un mundo donde la imagen prevalece mucho más que los sentimientos de una persona así que no queramos engañar a nadie. Estoy harto de la ideología de que los hombres aman menos que las mujeres dejemos por un momento de lado la hipocresía y hablemos de corazón.
ResponderEliminarLuego no queremos crear estereotipos baratos de mujer ama de casa ni de hombre tumbado en el sofá pero en lo que viene a ser el tema declararse sigue eso de que “el primer paso le tiene que dar el hombre” y yo me pregunto ¿Por qué?
Siempre hay la típica que dice sólo os fijáis en el cuerpo, mira querida no generalicemos sólo los ignorantes no ven más allá de lo que sus narices les permiten ver, y no vengamos con que esto son los hombres porque las mujeres son igual o peores.
Las personas que de verdad aprenden a amar son aquellas que aprenden apreciar a las mujeres o a los hombres como personas, los que están cada con una persona nunca podrán valorar a nadie.
El amor no se busca, el amor simplemente surge. A mi parecer una persona empieza a conocer lo que es el amor cuando es rechaza por la otra persona. No sé que tendrán las mujeres que cuanto menos caso nos hacen más nos gustan.
Este texto a mi parecer le ha faltado una de las partes más importantes del amor, lo que es conocido como amor platónico. Cuan hermoso es ver pasar a tu amor platónico, que se te vaya la mirada, sueltes una pequeña risotada de la que nadie conoce su causa, respirar profundo y soltar todo el aire ¿quién no ha tenido alguna vez un amor platónico?
Perdonad si en este comentario mis formas no son las correctas pero me duele mucho ver este tipo de ideas que ensucian la imagen de los hombres.
Un saludo
los que están cada día con una persona nunca podrán valorar a nadie.
ResponderEliminarperdón me había comido la palabra día estaba un poco alterado.
Hola, Moisés:
ResponderEliminarTu comentario está lleno de buenas razones, pero escrito desde el enojo. Si lo hubieras hecho desde otro estado de ánimo, las buenas razones seguirían estando, pero expresadas de otra forma, más invitadoras al diálogo.
El autor del artículo escribe desde una óptica psicoanalítica, que se puede entender o no, pero que, en cualquier caso, lo que dice no es ningún dogma.
Yo tampoco creo que la mujer ame más que el hombre. Ni lo creen compañeras tuyas que también han dejado aquí su comentario.
De hecho, en el texto no dice que la mujer ame más que el hombre, sino que no ama igual, lo cual puede entenderse, no como que ama más o ama menos, sino que lo hace de forma diferente.
No obstante, no voy a negarte que existe un tópico -interesadamente repetido- que afirma que la mujer ama más que el hombre. Pero muchísimas mujeres creemos que simplemente es eso: un tópico, y como tal, falso.
Yo me quedaría más con lo que tú mismo has dicho: “Las personas que de verdad aprenden a amar son aquellas que aprenden a apreciar a las mujeres o a los hombres como personas”.
Sobre el “amor platónico”, es verdad que es muy bonito, pero no es real. Vemos a alguien que se parece a nuestro ideal de hombre o de mujer, y le colocamos todas las virtudes que quisiéramos que tuviera la persona que un día esperamos amar, pero que, precisamente por ser un ideal, nunca encontraremos.
El amor es un sentimiento real y se da entre personas imperfectas que por amarse se hacen mutuamente mejores, más humanas, pero siempre perfectibles.
Bueno, Moisés, hoy no te diré nada sobre tu redacción. Basta con que tú mismo te des cuenta de lo que provoca el enojo y la alteración: falta de concentración (entre otras cosas, aunque, es verdad, no ha sido tu caso).
Quedémonos con una lección: tenemos que aprender a vivir entre personas y opiniones dispares… y tratar de acercar posturas sin perder el control. Estas cosas son las que verdaderamente nos ayudan a formar y fortalecer nuestro carácter.
Un saludo, Moisés.
Como ya he dicho en el comentario anterior, los hombres y las mujeres no aman de la misma manera, y sigo manteniendo mi postura.
ResponderEliminarDe todos modos, intento expresarme mejor, creo que no aman de la misma manera, pero la misma cantidad.
Con esto me refiero:
Por ejemplo, una mujer no le da miedo a expresar sus sentimientos ante el resto de la gente, sin embargo un hombre se prohibe más, al mostrar lo que siente, ya sea por timidez o por lo que la gente piense de él.
Por eso pienso que no aman de la misma manera pero, aman de la misma cantidad.
Me gustaría dar mi opinión sobre el amor platónico, ya que para mí no existe.
Creo que todas las personas necesitamos conocer muy bien a la persona con quién queremos compartir una parte de nosotros.
Simplemente creo que es amor, cariño, deseo pero no amor por el que vives y si no estas mueres.
Así entiendo yo el amor plátonico, y sinceramente para mí no existe.
Moises, los hombres también amais, y yo con mi comentario no pretendo ensuciar la imagen de ellos, simplemente es mi opinión y bajo mis experiencias vividas, creo que no amamos de igual forma.
Hola, Silvia:
ResponderEliminarCreo sinceramente que desde el principio se ha entendido perfectamente lo que querías decir en tu comentario: que los hombres y las mujeres aman de forma diferente, no que amen más o amen menos.
Es verdad que, por lo general, a la mujer le cuesta menos expresar sus emociones que a los hombres. Pero esto es tan sólo una característica diferenciadora, en la que la educación de “modelo de hombre” que se le transmite al género masculino tiene bastante que ver. Y digo BASTANTE, no el 100%.
También hay que contar con las diferencias genéticas que en algunos rasgos –no sólo en los físicos- se han de evidenciar.
Hay, por decirlo de algún modo, una sensibilidad femenina y una sensibilidad masculina; ambas son complementarias, ya que comparten características comunes, y otras que se diferencian, según el género, en su cualidad o en su intensidad. Pero eso es lógico, ¿no?
Estoy absolutamente segura, Silvia, que Moisés te ha entendido bien desde el principio, y que en ningún momento su enojo iba dirigido hacia tu comentario. Su crítica era contra cierto párrafo del texto.
En cualquier caso, por tu parte ha sido un gesto muy noble el intentar aclararlo, manteniendo tu opinión, que es muy respetuosa y está llena de sentido. Así que asunto finiquitado.
Ahora la parte ingrata:
-“platónico” se acentúa de este modo. Sé que aquí has errado por la prisa.
-“prohíbe”, se acentúa.
-“amáis”, se acentúa.
-Moisés”, se acentúa.
Un saludito, Silvia.
Yo en ningún momento he dicho que amemos de la misma forma o de distinta, yo me he limitado a decir que los hombres no amamos menos que las mujeres. Esta claro que los hombres y las mujeres no amamos igual.
ResponderEliminarEs verdad lo de los sentimientos, pero, ¿por qué sucede esto? Este mundo en el que vivimos lo que está haciendo es que acabemos con la libertad de expresión, un hombre si muestra su sentimientos de una forma romántica, por así decirlo, digamos los supuestos " machos cabríos" le apodan de todo tipo de formas y hacen que te avergüences de lo que sientes. ¿Qué hacemos con esto? Que las personas acaben por esconder sus sentimientos por el miedo al qué dirán.Con esto no quiero decir que no amemos, sino que amamos en silencio.
Respecto a lo del amor platónico, yo creo que sí, es verdad que no existe, que es fruto de nuestra imaginación, pero a mi me parece una parte del amor importante puesto que de alguna forma imaginamos nuestro prototipo ideal de pareja.
Si te has dado por aludida en mi comentario, perdona, no era mi intención.
Un saludo
La verdad Moisés, es que tu comentario sobre, ¿por qué no podéis mostrarlo? lo comparto, pero creo que es la sociedad en la que vivimos.
ResponderEliminarVivimos con el miedo a lo que piensen los demás, por mostrar realmente lo que queremos y lo que amamos.
Y eso nos quita mucha libertad. Pero, realmente si no hicieramos caso a lo que dice la gente, viviríamos en paz y felices.
No hace falta que pidas perdón, sé que no iba para hacer daño y simplemente querías mostrar tu opinión, cosa que respeto con mucho gusto. Así que, asunto cerrado.
Un beso
Haber desde mi punto de vista, yo tengo la misma opinión que Moisés, pienso que si un hombre expresara sus sentimientos acabaría quedando en rídiculo ya que la sociedad no le comprendería y le empezaría a criticar por expresar sus sentimientos. Pero alomejor los hombres cuando están enamorados expresan los sentimientos en privado hacia la persona que los siente, y no los hacen públicos como puede ser el caso de las mujeres.
ResponderEliminarPienso que el amor platónico en si no existe, pero todo el mundo tiene un prototipo de persona perfecta con la que le gustaría estar.
Hola Mario:
ResponderEliminarPuedo entender que un hombre pueda sentirse ridículo al expresar sus sentimientos por una cuestión de educación, o por adecuarse a “la imagen de hombre” que propone la sociedad.
En lo que no estoy de acuerdo es que un hombre quede en ridículo por expresar sus sentimientos.
Yo creo que lo realmente ridículo es que un hombre no exprese sus sentimiento por lo que dirán. Porque entonces, ¿qué clase de hombre es?
Sobre el “Amor platónico”, totalmente de acuerdo contigo.
Un consejo que te puede ser práctico: antes de dar por bueno un escrito, reléelo para evitar erratas que todos podemos cometer: “ridículo” y “a lo mejor” son tus dos erratas, seguramente que por haber redactado tu comentario con prisas.
Por lo demás, tu nivel de expresión escrita es bastante bueno, y yo te animaría a mejorarlo.
Un saludo, Mario.