lunes, 25 de enero de 2010

*La realidad es una loca de remate

-Dígame una cosa, dígame si el marxismo prohibe comer vidrio. Quiero saber.

Fue a mediados de 1970, en el oriente de Cuba. El hombre estaba ahí, plantado en la puerta, esperando. Me disculpé. Le dije que poco entendía yo de marxismo, algo nomás, alguito, y que mejor consultara a un especialista en La Habana.

-Ya me llevaron a La Habana -me dijo. Allá me vieron los médicos. Y me vio el comandante. Fidel me preguntó: Oye, ¿y lo tuyo no será ignorancia?

Por comer vidrio, le habían quitado el carnet de la Juventud Comunista:

-Aquí, en Baracoa, me hicieron el proceso.

Trígimo Suárez era miliciano ejemplar, machetero de avanzada y obrero de vanguardia, de esos que trabajan veinte horas y cobran ocho, siempre el primero en acudir a voltear caña o tirar tiros, pero tenía pasión por el vidrio:

-No es vicio -me explicó. Es necesidad.

Cuando Trígimo era movilizado por cosecha o guerra, la madre le llenaba la mochila de comida: le ponía algunas botellas vacías, para el almuerzo y la cena, y para los postres, tubos de luz en desuso. También le ponía unas cuantas lámparas quemadas, para las meriendas.

Trígimo me llevó a su casa, en el barrio Camilo Cienfuegos, de Baracoa. Mientras charlábamos, yo bebía café y el comía lámparas. Después de acabar con el vidrio, chupaba, goloso, los filamentos.

-El vidrio me llama. Yo amo al vidrio como amo a la revolución.

Trígimo afirmaba que no había ninguna sombra en su pasado. Él nunca había comido vidrio ajeno, salvo una vez, una sola vez, cuando estando muy loco de hambre le había devorado las gafas a un compañero de trabajo.

*(De "El libro de los abrazos", de Eduardo Galeano).

2 comentarios:

  1. jesus jaramillo 1 bachillerato ciencias12 de octubre de 2010, 20:48

    Yo pienso que lo que nos quiere transmitir éste texto es: que nunca hay que tirar la toalla por muy difícil que sea la situación en que nos encontremos, porque nunca está todo acabado.
    Y también pienso que a unas personas las tratamos mejor que a otras, ¿por qué?, nos deberíamos de tratar todos por igual porque todos somos personas, no por tener más dinero eres el mejor, ni que caigas bien a todo el mundo...

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  2. Hola, Jesús:

    El contenido de tu comentario es una especie de loa a la esperanza (no dejarse vencer por el desánimo) y al derecho de todos a ser bien tratados, sea cual sea nuestra condición socioeconómica o cultural. En este sentido lo encuentro muy bien.

    Lo que me cuesta entender es la relación de tus palabras con el texto, que no es más que un cuento que a través del humor muestra la solidaridad del autor con el pueblo humilde y, en ciertos aspectos, ignorante.

    Pero que yo no vea la relación no significa que no exista. Así que me gustaría que me la explicaras, tal como la ves tú, ¿vale? En cualquier caso, yo, de ti, releería el cuento una vez más.

    Parte ortográfica:

    jesus jaramillo 1 bachillerato ciencias (Jesús Jaramillo. 1º de Bachillerato. Ciencias).

    -éste texto (este texto). “éste” sólo se acentúa cuando no citamos el objeto al que hacemos referencia. Por ejemplo: ¡Me llevo este libro y éste!

    -lo que nos quiere transmitir éste texto es: que nunca hay que… (lo que nos quiere transmitir este texto es que nunca hay que…). Sobran los “dos puntos”.

    -a unas personas las tratamos mejor que a otras, ¿por qué?, nos deberíamos de tratar todos por igual... (a unas personas las tratamos mejor que a otras. ¿Por qué? Nos deberíamos de tratar todos por igual…).

    -no por tener más dinero eres el mejor, ni que caigas bien a todo el mundo... (no por tener más dinero eres el mejor, ni has de caer bien a todo el mundo..., o …ni tienes por qué caer bien a todo el mundo…).

    Bueno, Jesús, ahora que ya estás en bachillerato, has de seguir mejorando muchas cosas, entre ellas el modo de expresión, tanto oral como escrita. Ya el año pasado diste un gran paso hacia adelante.

    Para ello, además de leer algún que otro libro, fíjate bien en las correcciones que te hago y aprende de ellas acudiendo a las normas gramaticales en las que ves, o te señalo, que aún tienes confusión. Mi esfuerzo sólo tendrá sentido si tú también pones el tuyo.

    Un saludo, Jesús.

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