domingo, 6 de junio de 2010

*Los mercados asaltan la educación

En abril de 2010, la Universidad de Middlesex (Inglaterra) decidía cerrar su departamento de Filosofía. Desde entonces, los estudiantes y el personal de esta Universidad, y miles de amigos del Reino Unido y de todo el mundo luchan por mantener el departamento abierto.
El 15 de mayo, Tariq Alí se dirigió a un grupo de estudiantes de dicha Universidad. Tuvo que hacerlo en el exterior, al prohibírsele el acceso al interior. Poco antes del comienzo de la intervención, los estudiantes que se encontraban dentro del edificio salieron a unirse con sus compañeros y escuchar a Tariq Alí. Estas fueron sus palabras:

“Queridos amigos, me sentí muy emocionado cuando me enteré de que ustedes habían ocupado este edificio, porque vivimos en tiempos en que cualquier protesta contra lo que hacen los ricos y poderosos, sea en el mundo de la política, la economía o la academia, está mal vista.

Cada una de las luchas que se han librado ha permitido mejorar los derechos democráticos de la gente. Y cuando los poderes fácticos se obstinan, uno tiene que seguir la lucha.
Ahora bien, lo que ha sucedido aquí, en Middlesex, no es una sorpresa total, teniendo en cuenta el mundo en que vivimos y teniendo en cuenta el hecho de que los políticos afirman que la educación deben estar vinculada al mundo de los negocios y el beneficio.
La lógica inherente es que cualquier departamento que no produzca riqueza o cualquier departamento universitario que no esté dedicado a hacer algo para ayudar a la industria o los negocios, no sirve para nada. Bueno, siguiendo este criterio, algunos de los más grandes filósofos que ha producido este país no hubieran conseguido puestos de trabajo docentes.

¿Dónde estaría Bertrand Russell? ¿Dónde, Wittgenstein; si nos dijesen que la filosofía tendría que ser rentable? ¿Quién aprende filosofía para hacer dinero? ¿Estaban locos estos chicos? ¿Pensaban que un departamento de filosofía les traería dinero? Nadie en su sano juicio podría pensar eso.

Por lo tanto, esta es la primera cosa que hemos de entender, que el modelo educativo que están creando en este país es ofrecer lo que yo llamaba educación tipo "Kentucky Fried Chicken": un producto barato, rápido, fácil de tragar, de digerir y de excretar a continuación. Ese es el sistema que quieren, y no les importa lo que pase; lo que no quiere el sistema capitalista es formar ciudadanos que sean capaces de cuestionar y pensar. Y estamos viendo un proceso, del que esto es una parte, donde la propia democracia está siendo vaciada de sentido.

Así que si tienes una elite política que en realidad no permite gente decente dentro de sus filas, ¿por qué deberían fomentar la aparición de ciudadanos educados que cuestionen, que duden, que sean escépticos, porque eso es lo que la filosofía ha sido como tradición?

Oír ahora, en pleno siglo XXI, a una Universidad decir que no necesitamos filósofos y no necesitamos un departamento de filosofía, y que va a tener que parar porque no es rentable, porque no produce dinero, es decir a los jóvenes que el mundo en el que están creciendo es un mundo que está dominado por el dinero y que eso es lo único que importa.

Un Estado que nos dice que no puede gastar más en educación, no puede gastar más en salud, no puede hacer esto o aquello, porque no hay dinero, encuentra el dinero necesario para rescatar a los bancos enfermos que deberían haber sido cerrados en la mayoría de los casos. Un Estado que encuentra miles de millones para las guerras en Iraq, en Afganistán y en otros lugares, puede encontrar miles de millones para hacer esto, y dice que no tiene dinero para la educación.

Este es un mundo consumista: sólo vamos de tiendas, vemos la televisión, vamos a los clubs..., es un parque temático, es una burbuja, no se puede vivir dentro de una burbuja durante demasiado tiempo. Tarde o temprano la burbuja estalla y muchos de ustedes, que no han pensado en esto antes de que estos filósofos de aquí fueran despedidos, deben pensar en estas cosas ahora. Porque no estamos hablando sólo de la filosofía, estamos hablando de la filosofía en un sentido más amplio, de tratar de cambiar las condiciones en las que vivimos, y que muchos, muchos filósofos han debatido, por mucho tiempo, desde Spinoza en adelante. Así que los que quieren deshacerse de la filosofía quieren deshacerse de la duda. Y sin la duda el mundo no puede seguir adelante.
No es suficiente que nos convirtamos en ciudadanos, no ya ciudadanos, sino simples consentidores y consentidoras que van a votar una vez cada cinco años, tenemos que luchar por un mundo mejor.

Hasta los filósofos de derecha están extremadamente preocupados por lo que está ocurriendo en el sistema educativo. Tenemos que ampliar el movimiento, tenemos que unirnos a personas con la que quizás no estemos de acuerdo en muchas cosas, pero con la que estemos de acuerdo en una: que la calidad de la educación se encuentra bajo una amenaza muy seria de los gobiernos, que sostienen que no tienen dinero para la educación y que van a recortar las subvenciones, que van a recortar los centros de investigación, etc.

En este punto tengo un consejo que darles: no estoy a favor de los recortes a expensas de los pobres y en detrimento de los estudiantes, que ya tienen que encontrar dinero para pagar parte de sus honorarios en la mayoría de los casos. Pero so estoy a favor de recortar drásticamente los sueldos de los vicerrectores y decanos; si vamos a sufrir recortes, hay que empezar por los de arriba, rebajar los sueldos de los vicerrectores a la mitad, recortar los sueldos de los decanos, recortar los sueldos de esos grupos de asesores de gestión que son contratados para decirles a los profesores cómo se debe enseñar; muchos de estos consultores de gestión deben ser despedidos de las universidades, del servicio de salud, y de todas las demás instituciones públicas en las que proporcionan consejos-basura. Eso podría ser un comienzo. Y comprometámonos también a luchar por el derecho de aprender o enseñar un tema que queramos aprender. Eso es importante.

¿Por qué deberían decidir ahora cortar hoy la filosofía, y no también la literatura mañana?, podemos preguntarnos. Es exactamente el mismo caso para la literatura: no es rentable. O muchas lenguas, que no son rentables, excepto las lenguas que necesitan para ir a la guerra. Y puede ya afirmarse que es lo que han estado haciendo: convertir las universidades en instrumentos totales y completos del Estado y sus necesidades. Y eso hay que combatirlo".

*Tariq Ali, escritor pakistaní, director de cine, historiador y férreo crítico de las políticas neoliberales.

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