"Tengo 73 años. Nací en Cartagena y vivo en Roma. Soltero. Doctor en Psiquiatría y licenciado en Periodismo. Presido un comité asesor de la facultad de Medicina de Roma. Hoy no se sabe quién es el ser humano, pero se legisla sobre él. Me considero un ser creado".
.-Usted no se ha casado.
Cuando dices que sí a una cosa, estás diciendo no a otras muchas. Yo abracé una idea radical de cristianismo siendo laico.
.-¿Deseaba trabajar en el Vaticano?
Un día recibí una llamada: "Tiene usted que almorzar con el Papa". Pensé que era una broma, jamás me lo había planteado.
.-Permaneció 22 años, ¿apasionante? Sí, increíble, ves la historia mientras se está haciendo y por quien la está haciendo.
.-¿Cómo era Juan Pablo II?
Poseía una alegría profunda. En las situaciones más tremendas y duras hacía reír a sus colaboradores.
.-¿Nunca le oyó levantar el tono?
Se enfadaba cuando veía seres humanos humillados y violentados física y moralmente. No podía soportar los abusos.
.-La pederastia es un lastre que ha arrastrado la Iglesia durante mucho tiempo.
Se estima que uno de cada cinco niños ha sufrido abusos por parte de adultos. Hay países muy respetables que han firmado la Declaración de Derechos Humanos y que admiten en su país que un hombre pueda tomar por esposa a una niña de 7, 8 y 9 años, y la comunidad internacional no dice nada.
.-Quizá el problema de la Iglesia ha sido el secretismo, la ocultación.
Yo no defiendo a nadie, simplemente contemplo el fenómeno en su amplitud estadística, me asusta su dimensión y la pasividad con que gobiernos e instituciones afrontan el problema. Podrían ser acusados todos ellos de encubridores.
.-¿Wojtyla tenía sentido del humor?
El día que le comenté que no era bueno que una misma persona estuviera tantos años en mi puesto, él fingió que pensaba seriamente y luego dijo como para sí: "El doctor Navarro ha dicho una cosa muy importante que hay que reflexionar muy bien. Recuérdemelo dentro de cinco años". Bromeó hasta el momento de su muerte.
.-Su relación era estrecha...
Cada noche cenábamos juntos. Un día fui buscarlo y estaba en su capilla. Entré de puntillas y lo vi frente al sagrario cantando canciones populares polacas.
.-¿Quería distraer a Dios?
Era tremendamente humano.
.-¿Era afectuoso y tierno?
Sí. Recibía miles de cartas conmovedoras de todo el mundo, la mayoría, para que rezara por alguien. Dio la orden de que le hicieran de cada carta un pequeño papelito con el nombre de la persona, país y tema, y los guardaba en el reclinatorio de su capilla privada. Sus oraciones iban destinadas a ellos.
.-No perder el humor y la inocencia es una capacidad de grandes hombres.
Cierto, escribí un artículo sobre el buen humor de los santos: si crees de verdad que Dios te creó y que está abierto a que tú le hables, esa seguridad de no estar solo te lleva a pensar que, pase lo que pase en tu vida, el final es un final feliz.
.-¿Usted tiene esa certeza?
Sí, por gracia de Dios, porque o te lo dan o sólo te queda pedirlo. Decía Pascal que un ser humano es verdaderamente grande cuando se pone de rodillas, cuando aprende a pedir lo que le falta.
.-¿Qué ha sido lo mejor que le ha pasado?
Nacer, ser. En un momento en que hay un problema serio de respeto por la vida, estoy convencido de que ser es mejor que no ser.
.-¿Cuál ha sido su caballo de batalla?
Salir de mí mismo: darte cuenta de que lo que está fuera de ti es más importante que tú.
.-El suyo fue un trabajo de 24 horas.
Nada que ver con el del Papa, que, además, era mayor; por eso le empujé en algunas ocasiones a irnos a esquiar. Una página de la historia: el Papa atravesando el caos del tráfico de Roma en un coche sin identificar, parando en todos los semáforos. Yo cruzaba los dedos para que nadie lo reconociese.
.-También ha estado inmerso en un mundo de intrigas, envidias, mezquindades...
Sí, pero cualquier personas que ha hecho cosas despreciables sigue albergando eso que puede resurgir aunque él lo ignore. Si lo ves así, el mundo de las relaciones se abre.
.-Ha frecuentado a grandes personas.
Una de ellas fue Mijail Gorbachov, al que no se ha hecho justicia, porque fue el responsable de que cayera el Muro. Y los ojos de la madre Teresa no los olvidaré, eran los de una chiquilla de 9 años. ¡Una alegría!... Y después de su muerte nos hemos enterado de que vivió en un estado de negrura, de duda permanente. ...
.-Vio demasiada injusticia.
En Calcuta visité con ella aquellas inmensas estancias llenas de moribundos, hindúes, musulmanes, que ella recogía por las calles. "¿Usted los convierte?", le pregunté. "No - me dijo-, sólo pretendo que personas que han vivido como bestias puedan morir como hijos de Dios, es decir: lavados, peinados, alimentados".
¿Cuál ha sido la gran lección?
Que nunca puedes instrumentalizar a otro por un fin mayor, porque no existe nada más importante que un ser humano.
(Entrevista publicada en "La Contra" de La Vanguardia).
Hola de nuevo Carmen:
ResponderEliminarEste texto me ha gustado bastante por las muchas ideas que contiene, hay mucho sobre lo que trabajar.
Tengo algunas reflexiones sobre varias ideas del texto, así que las publicaré por separado, una por una, para que no "se nos haga bola", ¿vale?.
La primera idea que viene es que "para decir que sí a una cosa, tienes que decir que no a muchas otras" y tiene mucha razón, pero eso es algo inevitable, igual que haberse casado le habría obligado decir que no a algunas cosas, haberse ido a trabajar a Roma, le cerró otras, tal vez las mismas o incluso tal vez, más. Desde mi punto de vista no podemos vivir pensando que si aceptamos una cosa tal vez haya que renunciar a otras, porque sino tendríamos miedo de aceptar las primeras ¿no?. Además si queremos cambiar de opinión y escoger otras cosas, siempre podemos cambiar de idea (aunque como la iglesia no tiene bien visto el divorcio, comprendo que éste hombre no quisiera comprometerse).
Hola, José:
ResponderEliminarMe parece bien que te organices tu propio método de comentar las ideas que un texto te sugiere. En cualquier caso, trabaja sobre las ideas esenciales; no vale la pena emplear energía en lo que es obvio.
Es verdad que cuando decimos sí a algo, estamos diciendo no a otras cosas. Por ejemplo, si decides hacer el bien, implícitamente estás decidiendo no hacer el mal. Todas estas cuestiones pertenecen al mundo de la lógica: si estoy aquí, no estoy allí, si decido vivir de forma austera, desecho vivir de manera lujosa, etc…
CORRECCIONES:
Hola de nuevo Carmen: (Hola de nuevo, Carmen:).
-…que contiene, hay mucho sobre… (…que contiene; hay mucho sobre lo que…).
-¿vale?. ¿no?. (¿vale? ¿no?) Después de un interrogante, nunca va un punto.
-Desde mi punto de vista no podemos vivir… (Desde mi punto de vista, no podemos vivir…).
-Además si queremos… (Además, si queremos…).
Bueno, José, insisto en que trabajes la cuestión de las comas y los otros signos de puntuación. Tú mejorarás y a mí me liberarás del trabajo de corregir, que realmente es un engorro, ¿vale?
Un saludo.
Hola, Carmen:
ResponderEliminarEn realidad, además de explicar que coincido con la idea que mencionaba en mi comentario, pretendía dar mi opinión sobre el protagonista, que para no haberse casado, la única explicación que daba era esa, y lo veo como un error.
Otra idea sobre la que quería aportar mi opinión es que "la seguridad de no estar solo te lleva a pensar que, pase lo que pase en tu vida, el final es un final feliz": está relacionando 2 miedos comunes en las personas de hoy en día: miedo a estar solos/as, y miedo a un final (desde mi opinión no es el hecho de un final feliz lo que le tranquiliza a este hombre, es la posibilidad de que haya algo más allá de ese final). Centrándome en el primer caso, respeto el método que este hombre tiene de afrontarlo, pero también opino que no es el método más efectivo, puesto que habrá momentos de la vida de un hombre en que se cuestione si de verdad Dios está con él o no, y si su reflexión le lleva a pensar que no, se vendrá abajo. Pienso, pues, que la soledad es algo que tenemos que saber afrontar (ojo: no quiero mandar ningún mensaje pagano, pero, desde mi opinión, siempre es más efectivo afrontar la soledad de cara, que escudarse en Dios para creer que no estamos solos).
Un saludo, como siempre.
Hola, José:
ResponderEliminarEste hombre argumenta su celibato en su libre elección de una idea radical de cristianismo; tal vez, debería haber dicho del catolicismo, dado que en la doctrina de Jesucristo, al menos de forma explícita, no se menciona el celibato.
En cualquier caso, el entrevistado, libremente, elige vivir consecuentemente con una idea, y en su derecho está. Hay muchas personas que, por razones no religiosas, también eligen llevar una vida célibe, o dejar de lado todo tipo de pasiones carnales.
Bien, tú dices que lo ves como un error, pero no das razones de tu punto de vista. Así que te pregunto: ¿por qué lo ves como un error? Espero que tu respuesta tenga en cuenta la libertad de todo hombre para elegir su modo de vida.
El resto de tu comentario me parece excelente. Podría comentarlo, pero en general estoy muy de acuerdo, y, además, lo argumentas muy bien. Por esto, y para no alargar mucho mi respuesta, me gustaría que respondieras a la cuestión que te he planteado: ¿Por qué piensas que la elección del entrevistado es un error, según tú mismo afirmas? ¿Creees que no es válida la razón que da para haber elegido ese modo de vida?
Ahora debes hilar fino, José, y usar la razón, y no tus creencias. Pero antes, lee bien lo que este hombre dice sobre el tema que estamos debatiendo...
Un saludo.
Hola:
ResponderEliminarRespondiendo a la cuestión que me planteas, Carmen, si bien respeto y acepto la elección del entrevistado, veo que da 2 respuestas, de las cuales, desde mi opinión, una no es suficiente para tomar la decisión que él tomó. Me refiero a cuando el entrevistador le pregunta sobre su celibato, a lo que Joaquín responde: "Cuando dices que sí a una cosa, estás diciendo no a otras muchas". Como he dicho respeto su decisión si la eligió libremente, pero esta razón me da a pensar que eligió no casarse porque el "decir que sí" le cerraría alguna puerta. Si no lo he interpretado mal, casi se podría decir que le da miedo porque, desde el punto de vista eclesiástico, no está bien visto el divorcio, y por lo tanto si aceptase casarse, ya no tendría vuelta atrás. Por esa razón lo considero un error, porque estaba influeciado por ese "temor".
Un saludo de nuevo.
A ver, José:
ResponderEliminarYo entiendo que este hombre, siendo laico, eligió el celibato en base a su creencia de que para servir a Dios, no casarse era la mejor opción para él.
El texto no dice nada más. Por tanto tu opinión de que su decisión fue influenciada por el temor que citas, es tan solo una suposición.
Es verdad que la Iglesia no admite el divorcio, pero lo que él eligió fue, precisamente, no casarse, por lo que de haber querido cambiar de parecer, podría haberlo hecho perfectamente, ya que la Iglesia si admite que alguien no casado se case.
Pienso que la frase "Cuando dices que sí a una cosa, estás diciendo no a otras muchas", la has malinterpretado, por no tener en cuenta la radicalidad de la creencia del entrevistado.
Dicha frase, en boca de un creyente radical, a lo que nos remite es a la indicación del Nuevo Evangelio que dice:
"Nadie puede servir a dos señores al mismo tiempo; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas".
Esta es, pienso, la razón verdadera de su elección por el celibato, y no ningún supuesto temor.
Pero bueno, no le demos más vueltas. No olvides que en todo texto cabe cualquier interpretación, aunque no cualquier argumentación; y que ambas cosas, argumentación e interpretación, no deben confundirse.
Bueno, José, pasa un feliz fin de semana.